lunes, 30 de diciembre de 2013

Cerrar años es como cerrar bares sin que te echen.
De menos.
Y volviendo sólo a casa.

Sigo sin saber qué escribir cuando no te escribo a ti.

Y el frío con el que juego a no olvidarte
se ríe en mi puta cara.

Estos días de tranquilidad y familia
he visto a mi abuela doblarse como una luz apagada,
y a mi hermana corriendo detrás de mí
mientras decía “Escandar, tienes que aprender a ser feliz”
no con esas palabras, claro, ella sólo sabe hablar con la mirada.
Ya sabes.
Y he visto a mi madre ser mi impermeable bajo la lluvia,
preocupada de que cogiera la bufanda
como si no supiera que me basta su sonrisa para abrigarme.

No quería que fuese así.
Pero hay tantas cosas que nunca salen como querríamos.
Tantas personas.
Que tampoco.

Vives en una orgía y echas de menos hacerte una paja.
Así con todo.
Todos los días.

Te conviertes en tormenta y te duelen los escombros.
Besas con desgana y te extraña que la saliva tenga ese sabor de pérdidas.
Te apagas, y ni siquiera te das cuenta de que llegaste
hasta ese anhelo en el que no brillabas.

¿Querer a ciegas o de ciego en ciego?
No hay tantas borracheras de diferencia.
Creo.

Bien.
Pasemos de las palabras a los pechos.
A ver, qué vemos.
O qué pasa.

Sólo soy un año más viejo
y sin embargo hace tantas vidas que no te beso
que casi se me olvida
la ilíada que un día monté para rezarte
en voz baja.

No creo en dios, señor, pero he follado con alguna diosa.

Supongo que ahora es cuando miro al suelo y doy las gracias.
A pesar de las ganas de llorar.
Por “ese año que no fue aquel año que esperábamos tener”.
Pero decidme, ¿qué esperábamos?

O a qué.

martes, 24 de diciembre de 2013

Buenas noches

Tengo el silencio en paz y por una vez
no juega a la crueldad con mis culpas,
no pide que arrodille mis palabras ante él,
sólo la ira y la verdad,
sólo que demuestre el amor
sagrado de la pagana cotidianidad,
que no olfatee en las basuras
como un rastro de rostros cabizbajos,
que despliegue este manto de dudas bajo el cobijo,
que le dé al play
y me abra de oídos
ante la orquesta de miedos que me tocan,
los deseos de alquimia a los que recé,
la fatiga de no poder cerrar los párpados
y soñar, ese mínimo acto de los humanos
que inventaron los monstruos
y la publicidad,
que anestesiaron el placer hasta vaciarlo de inmensidades,
hasta prostituirlo de fe
para venderlo como imposible a precio de saldo,
ese es el valor que le pusimos a nuestra derrota,
ese es el mercado en el que nos vendimos
para tener algo que comprar,
las migajas de un camino equivocado,
la triste honestidad del que llega al final como a cualquier sitio
sólo para entender
que el frío lo llevaba dentro, cargado, como un alma
a punto de apretar el gatillo,
contra la pared,
arrodillado ante este botellón de fusilamentos,
quería declarar el sentimiento como único regazo
o como última posibilidad
de perdón?
Decías algo?

He visto cómo el tiempo hacía su trabajo,
cómo doblaba las camisas de los niños
y le cambiaba el carbón a las chimeneas,
cómo se iba agrietando de arrugas
y cojeando, rindiéndose
como quien ya sólo busca poder dejarse caer
entre las guerras de quien no pudo luchar
por lo quería
y le obligaron a dejarse la vida en lo que no,
no sé si es el amanecer o sólo un día de terror más
que pasará la página del calendario
mientras pasea su disfraz negro de rutina
ante el rojo sagrado de la sangre,
los muertos que traías te darán de comer
dicen en este parvulario
donde sólo los locos se podían beber su propias lágrimas
de naufragio,
su soledad de mar en calma,
su cólera de amor encerrado:
a un lado la venganza
y al otro
la huída,
tan tristes fuimos
como la lejanía,
el canto rodado de los cisnes
suplicando la risa ajena en su disfraz de payaso,
nos quitamos la alegría y el abrazo
y nos hicimos de mentiras hasta el egoísmo,
que firme delante mío quien no me crea,
que ponga en su tristeza mi alegato
y me diga si no era un paraíso la utopía inmolada de la libertad,
si no es el rencor un motor cualquiera
que me diga qué clase de fuerza podrá mover
a este ejército de cabizbajos que ya han quemado todas las papeletas
y sólo les quedan por romper las urnas
y la máscara,
quitarse el precio y enseñar la nuca,
abrirse el pecho en disparos
para que nunca vuelvan a decir que no fueron los esclavos
que les prometisteis.

Este es el mapa de tu tesoro,
entiérralo y cavarás tu propia tumba,
aprende del dolor y vive con él,
aíslate con tus fantasmas
hasta darles de comer en tu propia mesa,
con tus propias manos,
con tus putas palabras,
acostúmbrate a su presencia de cánticos pasados
y futuros deshechos,
carga con ellos adonde vallas, protégeles
de quien quiera olvidarlos
y te ofrezca el látigo con el que domesticarles
cuando venga el huracán, acuérdate de izar velas
cuando venga la tormenta, no tengas miedo de bailar,
tendremos el paladar descalzo para besar la hierba
y los pelos de punta apuntando
hacia este único e inabarcable mundo
que al parecer
nunca nos fue suficiente,
¿qué cielo puede haber que no sea igual que este?
¿por qué queremos más que querernos más?
Es la necesidad lo que no entiendo,
ese más allá lejano que no cabe en los bolsillos
trae el brillo de los ojos de la gente
como si hubieran aprendido a odiar como un trabajo,
como si hubieran aceptado la soledad de lo diferente
por contrato
para no tener que sudar
defendiéndose,
¿Y tú crees que mis fantasmas son los malos?

Quizás.
Pero hoy era navidad
y me he ofrecido este exilio de infancias
como regalo.

Aquí tienes mi sonrisa, puedes quedártela.  

lunes, 16 de diciembre de 2013

A veces sueño con pateras llenas de reyes cruzando océanos en exilio

He visto a la luna desmigarse para que yo pudiera llegar hasta aquí,
hasta esta noche en que una ciudad callada de calles
me ha venido a decir: los que no gritan también están luchando,
es tu problema si no los oyes,
solo basta con abrir un poco los ojos
las ventanas
o las puertas del metro
para ver el cabizbajo rechinar de dientes
el doloroso apretar de puños
ese carro de leyes a la contra avanzando a toda ostia por el raíl
donde los borrachos y los equilibristas se mofaban del futuro
para no admitir
que su único as en la manga
era una carta de amor sin remitente.

¿Qué jodido cuento de hadas nos contaron el día en que llenaron de palacios nuestros sueños?

El injusto terror de los que no supieron hacer trampas
viene de frente
apostando la corona del rey a que gana la guillotina en el primer asfalto,
es el sudor lo que les mueve,
son las sombras en donde habitan,
las sobras de una esquina sin barrer
o los restos de una fiesta a la que no les invitaron.

Dando de comer a vuestras grietas. Así vamos a reventaros.
Hasta que lo llenéis todo de sangre.

Qué más quieres de mí si ya te di mis manos para que firmaras
la rendición
si te ofrecí mi risa y mi lloro, mis casas y mis colegios
y te di mis ojos para que no pudieras decir
que miraba hacia otro lado
si abracé tus engaños de poliéster
y me arrodillé bajo tu falda de vanidades
y besé tu escaparate de jaulas
como bandera
y te voté, cada cuatro años, con la venda bien puesta
como a ti te gustaba
qué más quieres de mí
si solo soy el combustible de tu hoguera
si cuando quieras, ya sabes que puedes quemarme.

Me quitaste la fe y me diste un dinero que no podía mover montañas,
solo comprarlas.
Todavía me pregunto para qué.

Dejasteis vuestro rastro de migas de pan para domesticar nuestro hambre,
nos impusisteis la sed y custodiasteis las drogas
y nos desnudasteis para protegernos
de nosotros mismos
y multasteis a niños por jugar a la pelota
y a los que eran distintos los juzgasteis
como si solo fuésemos dueños
de nuestras derrotas.

Estamos de sogas hasta el cuello
y con ese miedo de las marionetas a los hilos.
Así hablamos de nuestro sueños.

No debería decíroslo
pero
somos los ex-clavos de una multitud callada

y estamos cansados de tanto martillo.

------------------------------
Ancha es castilla, y de ahí vengo, pa allá vamos. El viernes 20 Pucela, el sábado 21 León. Que rule la borrachera.


lunes, 9 de diciembre de 2013

pequeñas poesías sin importancia

A veces como que solo necesitas que alguien te diga
que no lo estás haciendo tan mal.

Y con eso pues ya tiras.
---------------------------------

Hay algo de hermoso en lo cotidiano
de esperarte como el chico desnortado
que siempre he sido sin ti.
-----------------------------------

 Cuando entró la policía
ya nos habíamos metido todas las drogas.

Sólo nuestra sonrisa
era ilegal.
----------------------------------

Un catarro mal curao.
Es el diagnóstico que mejor define
los últimos 12 años de mi vida.

Y un montón de folios en blanco a modo de kleenex.
------------------------------------

El día menos pesado
me pongo a escribir en lugar de a vomitar.

Quizá así
dejaría al fin ya de buscar palabras entre tanta mierda.
-------------------------------------

En el metro de Bilbao
un chaval con una guitarra cantaba esa de Nacho que dice
que “hay días en que valdría más no salir de la cama.”

-Demasiado tarde-
le dije mientras
la moneda que le tiré
todavía daba vueltas
en el aire.
---------------------------------

Vivir del cuento
contigo
y que tú quieras
darte cuenta
conmigo.

Es importante que lo entiendas.
-----------------------------------

De toda la pornografía que he visto
a veces
solo
te recuerdo a ti.
---------------------------------

Empiezo a pensar
que solo puede ser feliz
quien nunca lo ha sido.

Y que todo lo demás se alarga
como una resaca
en la que tú no estás, preciosa, sonriendo.
-----------------------------------

¿Te acuerdas de cuando nos tocábamos
sin hundirnos?
Eso era música.

Y todo lo demás ganas de joder
o solo de sexo.
--------------------------------------

No te preocupes,
dicen que las ruinas son todo eso
que ya no se puede destruir.
----------------------------------------

Te miraba el culo por debajo de la falda
mientras tú me acariciabas como a un animal herido.

Siempre quisiste cuidarme.
A mí.
Que estaba enamorado de tus descuidos.
-----------------------------------------

Vale que he convertido mi vida en una nube de remordimientos
bajo un cielo gris sin luna  
pero
hay días en que veo al sol salir
y pienso
“tan mal no lo estaré haciendo”.

Y de verdad que casi no suena a excusa.





**************************************

y este jueves 12, en la inquilina, con una mujer alada: Elvira Sastre. habrá que buscarse entre huidas, mi querida saudade.

lunes, 2 de diciembre de 2013

despeinado

El amor y el sexo unidos
y resumidos
en una sola frase:
Esto te va a doler. Disfruta.




Cuando un refugio es un palacio
o
¿Cuándo un palacio es un refugio?

No podrán domesticar la miseria, hacerla afable, despojarla de su inherente dignidad, no tendrán tan poco miedo de la vergüenza, no creerán que es tanta su impunidad y tan poca la nuestra como para atreverse a publicitar su mentira sonriente de las fotos sin ni siquiera imaginar los atentados con los que soñamos cada vez que la enseñan.




Muchas excusas en defensa propia pero aquí todos matamos por vicio. Hay algo de excitación en saberte prohibido y libre. Supongo que estos dos términos son directamente proporcionales.
O que hace muchísimos cualquieras que no duermo con nadie.
O que me sigo sin ti-
endo solo.
Y a veces eso me deja sin fuerzas.
Qué tonto.

Como sea, las únicas prohibiciones que me preocupan
son las que me hago a mí mismo
y la libertad
siguen siendo 3 palabras:
córrete donde quieras.

Pero. Sigo sin saber distinguir la revolución del sexo. Veo el mismo amor en caricias que en mamadas. La misma rabia del dolor en un orgasmo. Los mismos sueños de un mundo mejor. Sentimientos, ¿tú de qué vives?



Es un cuento extraño en el que pasa de todo y a toda ostia.
Pero de repente alguien
pisa el freno o se asoma por la ventana
y detiene el tiempo
para contarte lo que vio al echar el polvo
al esnifarlo
al morderlo.



A veces pienso: hay tan poca épica en nuestras heridas.
Pero luego me acuerdo de mi madre curando las heridas de mi tía
o de las manos de josefina, la cocinera del Este o este, con todas esas quemaduras
y esa sonrisa.
Esa sonrisa.
Que de repente oigo una voz de cuna cantando:
si tienes frío tirita
si tienes frío tirita
abrigo mío
tirita mi abrazo tirita…
Y en mi cabeza es una canción preciosa.



Con castillos imposibles urbanizaron el aire.
Lo recalificaron.
E impusieron un impuesto de
"respiración espontánea".
Así lo llamaron.
Era la época de la siembra
de los vientos.


Hijos de la tempestad, contadlo.   

Pero a nadie le interesaba ya ese cuento.


--------------------------------------

Esta vez aviso con mazo de tiempo. Dos días. Vuelo a Galicia. A Santiago de Compostela. El jueves 5, a las 21:00, en el Babel. Antes de mí, a las 20:00, va una chica, pero no me han dicho su nombre, si me entero edito. Así que eso, doble sesión de poesía. Dejo aquí el cartel. 
Un abrazo peña.