martes, 27 de diciembre de 2011

entre la nostalgia y la pared

La nostalgia también es preciosa
pero no lleva carmín los días de fiesta
ni huele a vainilla
ni se quita los zapatos al entrar en los coches.

Cada noche
se sienta al borde de la cama
la nostalgia
Y me llena de cenizas los cigarros,
juega a que huye de mí para que la abrace,
se esconde en la balda del armario donde has dejado tu ropa interior
y me mira escribir hasta que me entra el sueño
y cierro los ojos con algún partido de algún deporte americano.

Son los únicos que se emiten a estas horas.

Yo la acaricio
porque creo que la nostalgia
es como un gato que ha venido a arañarme
y a jugar conmigo,

la dejo meterse en la cama
con la única condición de que se quede en tu lado
abrazada a mí.

Y me susurre tu nombre hasta que me duerma.

La castigo a repetirlo mil veces
como si tratase de que aprendiera
algo.

Pero en verdad es ella la que me castiga a mí
a tener que escucharlo.
Tu nombre.

La ilusión es solo un punto de vista de la tristeza

Esta noche me voy a masturbar
pensando en cuándos
y en dóndes
para que no salgas de mi cabeza.

Estás perfecta ahí.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Aunque el gusano se vista de seda...

I
Hay una piel fronteriza que nos separa y en donde somos personas distintas.
Como esa desnudez que tapamos a las visitas
cuando nos piden el segundo whisky

y no queda hielo.

II
La única firma que me ata es este beso
y no hay letra pequeña en el contrato.

Por si quieres salir huyendo.

III
Nadie presupone el egoísmo arbitrario de las dudas,
solo te las comes,

y no te sientes una puta por ello.

IV
Tendrás que cogerme de la mano,
siempre tuve pánico a los pasos de cebra

y a la dictadura de los semáforos.

V
La necesidad separa los caprichos de los sueños
y entre medias

todos pensamos en nosotros mismos.

VI
Toma los remos, cuéntame tu vida
y dime que tus secretos siguen ahí.

Esperando a verme nadar en tus ojos.

VII
El insípido sabor de lo insoportable:
la rutina de un día a día sin pretensiones,
el desgaste erosivo de la dejadez,
toda esa mierda que se va secando en tu puerta
y que piensas que ya recogerás otro día.

Pero nunca lo haces.

VIII
Te lo tendría que haber contado:
siempre creí que serías mi puta.

Y yo tu esclavo.

IX
Gracias, por el candil en tiempos de velas
y tu habitual milagro de las penas
y las paces.
No sé dónde aprendiste a bailar bajo la tormenta
pero lo haces

y prefiero tus diluvios a esta mierda de cielo despejado.

X
Estoy en la salita de espera
muriéndome de frío
y con el hacha en la mano.
Preparado.

Echo tanto de menos la guerra contigo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

confieso que he bebido III (este jueves, en los diablos, con CARLOS SALEM)


Si alguien se pusiera manos a la obra de contar la historia de los poetas que inundaron la noche madrileña de comienzos de este siglo, hay un nombre que debería estar en el principio de todo y figurar como la punta de esta lanza de letras que es la poesía a pie de calle. Carlos Salem fue el co-creador (junto a la indomesticable Inés) de ese antro elevado a la categoría de ermita que es el bukowski club. el bar más salvaje y auténtico de ese oeste ya edulcorado en que se ha convertido Malasaña. Su importancia en esa generación de nuevos escritores me da que todavía no se ha podido cuantificar, pero Batania ya dijo que uno de los títulos que tenía pensado para su autobiografía es: "yo también empecé en el bukowski". Como él, más de unos cuantos, bastantes muchos, podríamos decir lo mismo.
Apoyado en esa barra que más que barra es una trinchera (trabajé detrás de ella, suelo contar con orgullo), Carlos bebía y fumaba como si le fuera la inspiración en ello, y a base de horas y noches de conversaciones, historias, bromas y jaleos terminamos siendo grandes amigos. A veces, en el extremo por donde se entra a la barra, Carlos me contaba las 8 novelas (creo) que tenía escritas y que guardaba en el cajón hasta que diera el salto. y lo dio, literalmente, cuando Salto de página le publicó "Camino de ida", una novela genial y única, tocada por esa bendición genuina que tienen las óperas primas destinadas a perdurar. luego le siguió "Matar y guardar la ropa", y a esta "pero sigo siendo el rey", "Cracovia sin ti" y la recién publicada "Jamón calibre 45". además, paralelamente, ha sacado un par de libros de relatos ("yo también puedo escribir una jodida historia de amor" y "yo lloré con terminator 2"), y cuando Marcus se lanzó al ruedo de crear su editorial "ya lo dijo casimiro parker" (que tengo el honor de poder decir que es la mía), los primeros autores con los que se lanzó a la palestra fueron Oscar Aguado y el propio Carlos.
quiero decir: Carlos es primera división. está en otros niveles y lo suyo es profesión y no training camp, que es dónde otros nos movemos. Y es mi amigo. Y además, la persona a la que siempre adjudican el co-razones.
Esto ya es una coña para nosotros dos. Él siempre me dice que deberíamos aclarar este malentendido tan extendido por la red. Yo ya lo he cogido hasta cariño, y me gusta de vez en cuando buscar algún vídeo que le ponga a él como autor del vídeo, y a veces decirlo pero otras no. Todo viene, porque una vez, en una de esas Jam huracanadas de los miercoles en el buko, él leyó una poesía que hablaba de Inés. y en la introducción, mirando muy seriamente a todos los que le mirábamos absortos, dijo: yo sé que muchos de aquí la queréis, pero yo la quiero por muchas más razones que vosotros. y yo, que estaba en primera fila como cada miércoles, tomé nota, apunté, y luego desarrollé esa frase/idea como si hubiera que añadir algo más. De ahí surgió el co-razones, cuando Patty y yo hicimos el vídeo, antes que nuestro nombre pusimos la frase de Carlos. y empezó la bola de nieve. La verdad es que esto ha creado alguna situación sobre todo graciosa, como verme a mí mismo discutiendo con alguien que me corregía afirmando que esa poesía era de Carlos Salem, que él lo sabía de buena mano. o que Carlos (jajaja, esta es buenísima) una vez, conociera a una chica a la que quería ligarse y al decirle su nombre y que era escritor ella dijera: ah, si yo he visto tu video de co-razones. Yo entiendo que eso, para un tío como Carlos, con tan increibles y superiores escritos, es algo que puede herirle en el orgullo.
Pero nos lo tomamos con mucho humor. Por ello, este jueves vamos hacer, por tercera vez, un recital que ya hicimos hace 4 años en el Bukowski club y hace 3 en el Pipo de Lavapiés. El "confieso que he bebido". En los diablos azules. Voy a tener la suerte, de nuevo, de compartir birra, poesías y escenario con uno de los gigantes de las letras vivas. Con Carlos Salem.
mi amigo.

LA FECHA DEL CARTEL ESTÁ MAL, SE HA CAMBIADO A ESTE JUEVES, MISMA HORA MISMO SITIO.

aviso con 3 días de antelación. Pero es que el fin de semana fue un globo de marihuana que se pasó volando.

jueves, 8 de diciembre de 2011

integral (como un desnudo)

el problema es que no me va a salir bien, porque me dices que dónde están las caricias y los romanticismos y porqué solo hablo de sexo y de brusquedad, por qué me pierdo en callejones de pornografía en lugar de volver al azúcar de los te echo de menos, en lugar de acolchar con suavidades los tú a tú imaginarios del reencuentro y foguearnos en la intimidad como si las ganas que me desbordan pudieran soltarse con cuidado.

tengo mi lado más tierno oculto en la retaguardia, como en segunda fila de trincheras, agazapado y oculto tras este instinto animal de darte la vuelta, cogerte con fuerza de las rastas, y enamorarme de tu espalda arqueada mientras el tiempo que no nos hemos tenido se marcha con violencia en tus suspiros.

me he vuelto desinteresadamente sombrío, he perdido el ánimo y las gracias, y no puedo domesticar el lado salvaje de las palabras porque sería como tocarte con guantes o follarte con preservativo. la mitad de la mitad, y la única apuesta que hicimos era un todo o nada sin cláusula de armisticio.

la gente me dice: qué te pasa? y a mí me parece tan sencillo que casi me cabrea la redundancia de su pregunta.
que no follo.
eso es lo que me pasa.

así que seguiré como los diamantes, en bruto, hasta que vengas a quitarme esta triste ansiedad, y poses tu risita de "niña salvaje recién salida de la selva", y compartamos de nuevo la juerga y el humo.

hasta que el sudor hirviendo me limpie esta suciedad, y el mundo vuelva a ser eso que está allá afuera sin nosotros dentro.

y entonces sí, hablaré con honestidad del sabor de la magia cada vez que me besas, de cómo el invierno se funde de miedo a tus pasos, y de que no existe la libertad sintigo cerca.

pero hasta entonces, cariño,
piensa mal
y aceptarás.

martes, 22 de noviembre de 2011

dream a little dream of me

(escrito a partir de la canción homónima de ella fitgerald y louis amstrong para la velada entre artes)

No hay estrellas en Madrid
pero tengo el flexo del lidel y una bombilla de bajo consumo,
a veces enciendo una cerilla y la tiro al cielo de la habitación
(podría llamarlo techo, sí)
para que brille fugazmente y entonces
pido un deseo:
te pido a ti, soñando conmigo,
quiero decir: aquí
y a ser posible desnudos.

No se escuchan bien los susurros al otro lado del skype
así que he tenido que subir unos cuantos decibelios
los te quieros y otras frases más literales que literarias,
los únicos pájaros que hay
son palomas que en lugar de cantar cagan
y así, es muy difícil convencer a nadie o a ti
de que ojalá estuvieras aquí,
soñando conmigo,
a ser posible sin tanta ropa de por medio.

Y tú dices dulces sueños,
pero solo el humo de los cigarros baila
junto a mí, mientras voy dejando la noche
y las metáforas
en el cenicero, y crece una triste montaña de gris
en esta brutal distancia que es no tocarte
sueña conmigo, anda,
quiero decir: sueña aquí
para que la piel pueda hacer el resto.

Dulces sueños…voy a tener que confesarte
que me empalagan los dulces sueños.

Me refiero: a que todos los sueños que tengo
son picantes
y fuertes
y acaban en ti
como si se corrieran al verte.

jueves, 17 de noviembre de 2011

insomnio

I
por qué me empeño en buscar una frase de altura
si soy incapaz de levantarme del suelo.
meto la mano en los bolsillos como si amenazara con sacar una pistola caliente
y después me río.
de mi mismo.
cómo es posible que el vacío pueda llenarlo todo
de nada
y que parezca tanto y tan grave.
los espejos de gotelé solo reflejan arrugas.
estoy cansado, pero algo me impide tumbarme a dormir.
he leído 3 veces las noticias deportivas.
la última ni siquiera se habían actualizado
los comentarios.
alguien ha tosido en la calle. ni siquiera he tratado de asomarme
porque tengo miedo del camión de la basura.
podrían confundirse, vivo en un primero.
quizá debería lavarme de nuevo los dientes, el frescor de la pasta
es lo único que me hace sentir limpio.
3 veces al día me veo capaz de besarte, aunque me mires con ojos
de saliva
y los lobos se vayan al oírte llegar.
cuando no estás esto se llena de fantasmas
que se beben mi cerveza y tu recuerdo
y luego se marchan
dejándome a mí con su resaca.
los cabrones.
sin duda, es mucho mejor el as que el marca.
pero el marca tiene muchos más comentarios.
a las 5 menos cuarto de la mañana, es importante tener en cuenta esas cosas.


II
la pornografía es como el chaleco salvavidas de los aviones.
sirve como consuelo mientras caes,
pero no dejas de caer por ello.

si alguna vez me pasa, cogeré la mano del pasajero
que esté a mi lado.
no me gustaría morirme sujetando mi propia polla.


III
hasta el beisbol me parece entretenido.
debería haber una alarma que saltara cuando esto pasa.

todo el mundo me dice que el beisbol es un coñazo
pero ellos están dormidos
y acaban de eliminar al tercero de los yankees.

me gustaría que alguien de seattle le diera bien fuerte a la bola.
que la mandara muy lejos.
que le pegara tal ostia que llegara hasta el público
y le golpeara a alguien en la cara.

me gusta pensar que yo podría ser ese alguien.

y que vuelvo del estadio con la cara hinchada,
odiando las pelotas
y los bates.

el beisbol no es un coñazo, tan solo una señal de alarma


IV
si esto sigue así, no voy a sobrevivir a un lockout de la NBA.


V
hay algo que me asusta todavía más que irme a dormir: que se haga de día y me pille fumando.
creo que por eso fumo tanto por la noche.
aunque también puede ser por el aburrimiento.
o por el humo, me gusta el humo,
y eso que nunca he logrado aprender a hacer
las malditas oes
ni con un canuto.
hablando de eso: Frontela se ha quedado con mi tabaco
y yo con el suyo.
genial. ahora tengo un manitou seco lleno de moras y filtros.
y ningún porro.
me lo dejé dentro de mi paquete.
a estas horas, el único consuelo que tengo
es que él va a tener que levantarse en hora y media
y quizá yo esté ya dormido para entonces.
de lo contrario se hará de día,
y me pillará fumando. eso sí que me da miedo.



VI
he aprendido a liarme los cigarros en lo que dura un semáforo en rojo.
he visto tan pocos en verde
que sospecho que los hicieron para no fumadores.

es cuestión de práctica, supongo.
aunque yo prefiero llamarlo supervivencia.


VII
¿será posible que llegue otro invierno
y volvamos a estar sin calefacción?
será, y tú estarás en algún lugar de praga.

que se preparen los checos para la ola de calor
que se avecina en sus calles.

en madrid estamos jodidos.
hasta el fuego se va a helar.

un invierno sin ti
es como una eternidad en el polo norte.

pero sin norte.


VIII
creo que mis sueños se han ido
porque no les dejaba dormir
tranquilos.

ellos sabrán.
a mí con dormir contigo me vale.

pero sin ti he de reconocer que los necesito.



IX
la luz ha empezado a entrar a través de las persianas.

el día me ha pillado fumando.

mierda, he dicho, ni siquiera es para tanto.

y me he ido a la cama.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

segundas ediciones, recitales y agradecimientos

hubo alguien que me echó una pequeña regañina muy cariñosa cuando, con un día de antelación, anuncié por aquí el inverso 2011. me dijo: avisa antes, cabrón (con otras palabras, claro). y ya que noviembre se presenta movedizo como las arenas, voy a avisar con un poquito más de adelanto algunos recitales en los que participaré proximamente, en los mejores bares.
pero primero voy a dar las gracias.
cuando los jefes de casimiro parker, marcus versus e isabel g. mellado, decidieron apostar por ese puñado de textos desordenados que es "alas de mar y prosa" me sentí tan afortunado como un chaval de la cantera al que le dejan jugar con el primer equipo, debutar en el estadio de los mayores, y sobrecogerse ante las oportunidades que un día alguien te facilita y ni siquiera sabes cómo darle las gracias. imaginaros cómo puedo sentirme ahora que casimiro ha decidido publicar una segunda edición después de que la primera se agotara. una segunda apuesta, no sé si valiente o temeraria, que pone el listón todavía un peldaño más arriba. el nuevo libro viene con retoques de diseño, 5 poesías nuevas, nuevo prólogo también de silvi, y unos tímidos agradecimientos finales señalando con el dedo a los culpables de mi buena suerte. ya está a la venta desde hace unas semanas, y como siempre he dicho: lo único que me gustaría es no hacer perder dinero a estas personas que se han arriesgado a publicarme. ojalá la decisión y el convencimiento de marcus de que hay gente todavía interesada en tenerlo sea cierto y esta segunda tirada no se quede recogiendo polvo por falta de lectores.
muchas gracias, aprovecho, a todos los que habéis hecho posible todo esto, pillando el libro, leyéndolo, pasando por aquí, apoyando, dando ánimos y vida. de verdad. me gustaría invitaros a una caña a cada uno de ustedes. o a un kalimotxo. o a un porrín. queda dicho.
y ahora el tema recitales, que así me ordeno yo también el calendario de paso.
el 11-11-11 (a las 21:00) presento el libro en el (o la) marabunta, un pequeño garito de lavapiés que está en el mismo local donde antes estaba amargord, por si alguien se acuerda.
dejo el cartel hecho por harpo (es decir, marcus). a mi me parece precioso.

al día siguiente, el sábado 12, a las 21:30, en la casa de los jacintos, rodrigo córdoba me ha invitado a participar en el recital "poetas en los jacintos". no tengo la suerte de conocer el lugar, pero he oído hablar tanto de él a tanta buena gente que me da vergüenza reconocer mi ignorancia. aquí dejo el cartel que han hecho del evento en cuestión.

y por último, la semana que viene, concretamente el miércoles 16 de noviembre, participo en la sección de escritores en la III velada entre artes, que tendrá lugar en el teatro mirador. esto es una especie de conglomerado que junta música, poesía, gastronomía y vinicultura. leyendo el cartel veo que la entrada cuesta 15 euros, y los beneficios van destinados a la ong amigos de silva. es más un festival multifacético que un recital, y estoy seguro que será una velada genial de poesía en toda sus vertientes. este es el cartel.


y poco más. ha pasado muchísima gente últimamente por el blog dejando comentarios y todos buenos. joder. vuelvo a insistir en daros las gracias por todo el tiempo que dedicáis y el cariño con que lo hacéis.
un abrazo muy fuerte y lo dicho: os debo una caña.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

pinzas

A las 2 de la tarde me ha despertado una mujer de telefónica
preguntándome si estaba satisfecho con los servicios de su compañía.
Es la única que tengo, le he dicho con la voz ronca y la cabeza dándome vueltas,
y la he colgado.

Al levantarme he pisado el cenicero y lo he tirado.
He caminado sobre cigarros y cenizas hasta el baño
y he cantado varias de Nacho mientras el agua salía fría como tus palabras
en aquel crucigrama de pronósticos que terminamos hace dos días.

De nada, dijiste, y ya entonces me arrepentí de haberte dado las gracias.

No tengo ropa limpia.
Ayer por la mañana abrí las ventanas y puse la lavadora
porque quería que mi ropa dejara de oler a ti.
Puse la lavadora y me fui
pensando que no te encontraría
en el rojo de labios de la chica
que se sentó frente a mí
en el metro,
o en las piernas de la mujer
que puso acento de guillotina para decirme un
qué miras
sin siquiera sonreírme.
No quería
pero te vi en la puerta de cada bar
fumándote el light de los cigarros con impaciencia,
haciendo cola en los cines con tantos otros de la mano,
en la cuesta de montera
guiñándome el azafrán de tus ojos
como si fuera un desconocido más.

Entre tú y la borrachera, olvidé volver a sacar la ropa de la lavadora,
y ponerla a secar.

Así que ahora me toca tender la ropa, que está húmeda y huele fatal,
pero no huele a ti,
y con eso me basta.

Junto al tendedero, aún sin abrir,
y mira que ha pasado el tiempo
(sobre todo por encima de nosotros)
la caja de las pinzas que pillaste en ikea
cuando te prometí colgar dos cuerdas afuera,
de ventana a ventana,
porque nuestro piso, recuerdas, era injustamente pequeño.
Ahí está. Con el plástico puesto como una casa a la que van a pintar.
Mirándome como un periódico viejo
o como los yogures caducados del frigorífico.
Recordándome los trucos de magia que nunca me atreví a aprender
porque no quise hacerlo.
Peor que la cobardía, fui desgana.

Cuando compraste aquella caja de pinzas,
y esto no debería decirlo pero en fin,
soñaba que a unas malas, algún día, las abriríamos
aunque solo fuera por una cuestión de sexo.

La ilusión de una amistad entre mi obsesión y tus pezones, ya me entiendes.

Ahora veo que lo peor del dolor es saber disfrutarlo,
por eso nos hacemos daño, porque nos aburre hacer otras cosas.
Y comienzo a tender la ropa pensando que,
si uno varios cordones de los zapatos viejos,
quizá llegué para tensarlos entre la ventana del salón
y la de la cocina,
quizá, ahora que ya no estás, abra esa caja de pinzas que tu compraste
y tienda mis humedades al sol
para que las dé un poco
el aire.
Sino, voy a acabar asfixiado de mí mismo,
sórdido e inaguantable
como una alimaña que mastica la soledad entre sus dientes
y se regocija en ello.

Voy a nadar en la nada de este piso sin ti
hasta que logre salir a flote.

Solo tengo que atar unos cuantos cordones.

Y poner de nuevo la lavadora.

lunes, 10 de octubre de 2011

saudade

huir significa ir a buscarte.
lo acabo de leer en el blog de una chica que firma como saudade.

he recordado que en lisboa, cuando estuvimos este verano, vi esa palabra en algún lado
y no sé quién nos dijo
o dónde leí
que quería decir nostalgia.

aun así, he querido comprobarlo en el traductor del google.

al abrir una nueva pestaña, ya en la página del traductor, ponía:
traducir español-checo.

me he comido una ostia de tristeza que aun estoy saboreando.
como si el callejón más oscuro de praga hubiera venido a inundarme de goteras el insomnio
y teñir de cloacas el jardín que poco a poco estaba empezando a sonreírme por dentro.

he vuelto a odiar, por un momento, madrid.

ya sé que me dijiste que no volviera a hacer esto,
que no querías leer ningún rastro de autosinpasión
camuflada de lírica y daño
cuando encendieras el ordenador dispuesta a engatusarme.

lo siento.
ha sido un momentito
solo
de bajada.


después he puesto traducir portugués-español.
saudade, dice, significa anhelo.

no sé si casi es peor que la nostalgia.

a estas alturas de la noche el hachís no me deja
decidir la preferencia de los sentimientos,
solo sentirlos.

tú estás allí, y yo tengo que lidiar con mis rutinas
sin abrasarme.

creo que la nostalgia y el anhelo son como lo de huir,
es decir:
ir a buscarte.

viernes, 7 de octubre de 2011

inverso 2011


Mañana, a partir de las 20:30, en la sala clamores, un baile de gigantes al que me han invitado.

viernes, 30 de septiembre de 2011

entre distancias y cosas nuevas

Estoy llegando a Tirso,
hoy ha sido bastante peor que ayer.
Anoche, qué idiota, traté de celebrar mi tristeza.
No sé por qué quise creer que la tristeza podría celebrarse.
Llorar sobre ti como cuando me corría
y reírme sin gracia al escribir en la barrita de búsqueda del xvideos:
Lágrimas faciales.

Your search filters may have restricted the results.
Cum shot compilado. Las lágrimas de eros. Big tits milf blonde fucked hard.

Supongo que cuando tú te vas
lo que queda es eso: un chico haciendo estupideces.

………………
Creo que estoy jugando al ratón y al gato
conmigo mismo
y casi nunca gano.
O tal vez estoy haciendo este papel de enfermo sin fiebre
para encontrar una motivación
a este coñazo de película.

………………

Me dan como esporádicos latigazos sin humor que me asaltan
en momentos de lo más impreciso:
al llevar una cuenta a la mesa del fondo
o al abrir la puerta del metro
o al salir a la calle y fumarme un cigarro.

Creo que tengo esa mirada triste
que todos los antes de ti decían que tenía.

Tú nunca me lo has dicho,
y ahora entiendo
que esa mirada es lo que nunca podrás saber de mí,

El único secreto que te guardo,
porque no tengo que mentir para hacerlo.

……….......

Dato: Hoy me he masturbado dos veces
y puede que lo vuelva a hacer antes de irme a dormir.

Ni siquiera lo hago por excitación,
es “tan solo” otra forma de pasar el rato.
……………...

Dejo el skype abierto.
Espero que mi hermana no se enfade si me lee.
Tanto tiempo fuera y has tenido tú que marcharte
para que yo me bajara el dichoso programa.

He tardado una resaca en hacerlo.
Menos de un día.
Literalmente.

………………..

Te quiero.
Ya sé que termino igual todos los mensajes
pero es que me da pánico que se te olvide.

Que entre distancias y cosas nuevas
crezca una pregunta en tu estómago.

Que un día te tomes un café en a saber dónde
y dudes.

No hay nada más peligroso
ni humano
que una duda.

Así que solo estoy tomando mis medidas.
Sigo sin llegar al metro ochenta. Nunca he subido un puerto de primera en bici.
Y aunque tengo fuerzas y estilo, me va a costar mucho hacerme estos 5 meses a nado.

Tú siempre has sido más de volar.
Yo, en cambio, de no ahogarme.

Así que, eso,
te quiero.

No lo olvides, ¿vale?

lunes, 26 de septiembre de 2011

cuando tú te vas y todo arde

He encendido la luz solo por inercia sin acontecimientos,
tan solo por facilitarme un poco las cosas
y no llegar a llorar con cualquier tropiezo
que pueda lograr hacerme venir abajo,
y he caminado por el pasillo de entrada
como si nuestra mierda de piso pudiera esconder otras
camas que no fuesen la nuestra,
otros cestos llenos de ropa sucia sin pretensiones

y otros miedos,

sí, eso era lo que parecía
pero no ha sido nada de eso
y he dado 3 pasos esperando que el suelo crujiera
como en las películas
y el misterio de esta estúpida situación
se viera reforzado y yo pudiera excusarme
“señor, no era solo yo, el suelo también se hacía esa misma pregunta”

y lo ha hecho, bajo mis zapatos llenos de acera
he oído un crujido y he pensado que quizá por última vez
volvería a despertarte.

¿Qué iluso, eh?

Solo había pisado un cadáver
y tú ya no estás y mucho peor: tampoco están tus cosas.

Así que las preguntas que apunté en el metro se parten de risa
al comprobar la inutilidad de todos mis actos,
y me quedo como un tonto mirando la cama que por primera vez
en todos estos años
está hecha.


Las paredes parecen más sucias y amarillas,
hay un bote de kétchup sobre la mesa,
dos llaves sin llavero
y varias colillas en una lata vacía de mahou.

No estás. Y tu sonrisa tampoco.
Aunque hace tiempo que ya no sonreías.

He bajado los ojos al recordarlo
y al hacerlo
las he visto correr. Nunca logramos acabar con ellas.
Fíjate que compramos trampas, espráis y veneno,
y sin embargo
aquí siguen, correteando como si no entendieran que tú te has ido,
que tan solo quedo yo
y que yo puedo quemar la casa solo por verlas arder
con mis putas cosas dentro.

No saben que te has marchado
y que yo vengo destrozado a destrozar este piso

porque es lo único que me queda,

te has marchado, y me he sentado en el sofá
apretando los puños
con tanta fuerza
que me he hecho heridas en las palmas de las manos
y ahora sangran,

lo estoy llenando todo de sangre,

si ahora entraras, si existieran las más mínimas y remotas posibilidades
de un pensártelo allá fuera y volvieras
y ahora entraras
te enfadarías, todavía más si cabe, al ver que soy
con mucho
el peor de los desastres que arrastré contigo.

Que ya no hay perdón a la vista
ni testigo que recoger,
sujetando
con las manos llenas de sangre
la correa con que me atabas
mientras dibujo en la mesa
un plan
para matar a esas putas cucarachas
de una puta vez.


Siguen paseando.

Si tú estuvieras aquí y las vieras, si ellas pudieran saber
que ya no vas a volver más,

si de alguna forma lo supieran
no estarían tan alegres correteando, seguro.

Me voy a encender un cigarro
porque cuando no fumo
tengo miedo de mí mismo, del arrepentimiento que puede suceder
a cualquier acto, por estúpido que este sea.


O quizá el estúpido sea yo, que ni siquiera fui capaz
de llamar a una empresa para que fumigaran.

A lo mejor fue por eso. Me entra la risa solo de pensarlo.
Y de ver a estos bichejos meter sus narices entre las grietas
de las paredes de nuestro piso,
entre nuestras grietas,

las que nosotros hicimos con silencios matinales
y nocturnos gritos de socorro.


¿por qué has dejado las llaves?

¿de verdad era necesario subrayar tu victoria y tu libertad
con un gesto tan pretencioso?

¿tan irremediable ha sido tu acto
que tenías que dignificarlo de alguna forma?

¿era necesario? ¿de verdad?

Las he tirado por la ventana imaginándome alcantarillas.
He roto el cristal porque creí
que tus llaves sabrían abrir una ventana,
y he sentido pena, no sé si por ellas o por ti.

Tu siempre hablabas de pájaros
en nuestras cabezas
pero cuando yo miraba solo veía
murciélagos
alumbrados por luciérnagas.

Y créeme: no era nada bonito.

Solo un desfile de sombras alrededor
del dolor que hacía en la calle
y que ahora apesta esta habitación
de cucarachas haciendo su agosto.


Y riéndose, créeme: las oigo.

Se ríen
pero todavía no sé si de mí o de los dos.


me gusta, y no sabes cuánto, pensar
que alguien
aunque sean esos malditos bichos
nos imagina juntos
todavía
en una guerra.

Unidos.

Así que será por nosotros
por lo que me estoy levantando,
por el amor que todavía nos queda en las trampas,
en el veneno
y en los insecticidas.


Me levanto y lleno un trapo de alcohol
y después las cortinas,
las paredes,
las camisetas

y los recuerdos,

hasta que todo está empapado, incluso yo.

Siguen caminando, deberías verlas.

Pareciera que te están esperando
para la cena.

Sonrío.

Qué ingenuas, me digo,

y luego
me enciendo un cigarro.

fuera o dentro

Las oportunidades que no tuviste
te miran con asombro cuando ven que pasaste por encima de ellas
y que ya no bromeas cuando sonríes con resignación ante las trampas sin gracia del futuro.

Vas concretando los verbos sin ese desprecio por no sentirte bien
de vez en cuando
y ves, porque puedes verlo,
que el lobo feroz eres tú mismo, así que no pongas ojos de cordero degollado
sin sangre en los miedos. No es tu estilo.

La supervivencia sigue estando un paso después
del último que diste, pero las huellas ya han sido borradas,
no hay rastro de ti ni se te espera
en lo que ya no existe ,
el polvo cubre la superficie
y en el fondo el tiempo ha hecho su trabajo.

Porque el tiempo siempre hace su trabajo, ¿recuerdas?

Claro que no, sino ya estarías repartiendo cartas con algún as
guardado bajo el brazo,
y ya habrías prendido la mecha de alguna explosión
en lugar de echar por tierra
lo que no supiste hacer volar por los aires.

Es duro, muchacho, pero basta una ligera brisa
para apagar la chispa con la que tanto incendiabas.
Un leve soplido rutinario,
un bostezo ¿te imaginas que un solo bostezo
fuese suficiente para apagarte?
dan ganas de vomitar. De pegarse un tiro.
O de levantarte cada día para ir al trabajo sin ganas de trabajar.

Y todos sabemos cual suele ser el camino que todos eligen.

Ni siquiera se puede tachar de cobardía
porque somos más simples que todo eso.
Ni siquiera es miedo lo que tenemos, solo desgana.
Si quieres imponer una forma de vida no les cabrees, inventa tele 5
y deja que las serpientes se duerman por ellas mismas.

Qué triste es ver los barrotes, y no saber si estás fuera
o dentro.
La cara de tonto que se te queda
y qué murmullo esquizofrénico de dudas empiezan
a corroer tu disfraz, ese de persona normal que tanto te costó coserte.

Ser seremos algo, qué remedio, pero mejor será que no lo contemos por ahí.
Todavía nos queda la vergüenza virgen,
por lo menos no la prostituyamos.
No la dejemos sola en una esquina tratando de taparse
con una minifalda.
La vergüenza, qué chiste. Como si ella pudiera resistir al plomo macizo,
al hormigón armado, al ladrillo inexpugnable de esta puta jungla.

Hay veces en que echo un vistazo a la calle
y solo me sale pensar: demasiado tarde, estamos jodidos.

El barco está hundido y las ratas ya están a salvo en sus orillas.

Solo nos queda seguir nadando,
pero eso sí,
como salgamos de esta mejor será que se preparen
para el tsunami,
porque vamos a llegar con fuerza.

silencios

malditos silencios y sus brebajes de arcadas
salivando por nuestras indigestiones
y atropellos, la mierda de la poesía subiendo por los huesos
hacia cualquier parte del cuerpo que se pueda romper,
el aliento a resina de los discos rayados
sonando una y otra vez en la cabeza,
la incertidumbre inconsciente del cansancio
navegando al trote sobre campos de asfalto malheridos
por el desgaste y el tiempo
como un único paisaje que va volviéndose gris según pasa la tarde
y todavía no has mirado el reloj, no sabes la hora del asesinato
pero recuerdas textualmente
las últimas palabras de la víctima: dile a...que no he podido...y que la...
entonces te enciendes un cigarro
solo por ver algo arder, fundirse como los polos o el acero
pero dejando apenas unas motas de ceniza u otra triste suciedad de cenicero,
nada más,
como si la cuenta atrás de una mierda de vida se hiciera poesía
y pudiera contarse hacia delante
que es
como se cuenta en los sueños
y también
(no te olvides de esto)
en las pesadillas.

silencios

malditos silencios y sus brebajes de arcadas
salivando por nuestras indigestiones
y atropellos, la mierda de la poesía subiendo por los huesos
hacia cualquier parte del cuerpo que se pueda romper,
el aliento a resina de los discos rayados
sonando una y otra vez en la cabeza,
la incertidumbre inconsciente del cansancio
navegando al trote sobre campos de asfalto malheridos
por el desgaste y el tiempo
como un único paisaje que va volviéndose gris según pasa la tarde
y todavía no has mirado el reloj, no sabes la hora del asesinato
pero recuerdas textualmente
las últimas palabras de la víctima: dile a...que no he podido...y que la...
entonces te enciendes un cigarro
solo por ver algo arder, fundirse como los polos o el acero
pero dejando apenas unas motas de ceniza u otra triste suciedad de cenicero,
nada más,
como si la cuenta atrás de una mierda de vida se hiciera poesía
y pudiera contarse hacia delante
que es
como se cuenta en los sueños
y también
(no te olvides de esto)
en las pesadillas.

sábado, 24 de septiembre de 2011

estoy matando moscas con la crueldad
de un niño de 12 años,
quitándole las alas solo por ver
cómo dejan de volar.

y estoy llorando.

y carlos sigue con su puta canción
tarareándome mis sentimientos, como si él supiera,
como si yo le abriera la puerta para dejarle
saber.

cuando las ves saltar, sientes la inmensidad de las cosas perdidas.
la impotencia y el progresivo desánimo.
la tragedia de la casualidad hecha abismo.

y ya nadie vuela, por lo menos a mi lado.
he tragado demasiada tierra como para aguantar
a estas horas
a la peña dando saltos.

viernes, 26 de agosto de 2011

hoteles estrellados

El hotel es precioso, aunque le falta una estrella
que estará bostezando por Madrid,
hay un murmullo de palmeras junto a la piscina
y un pequeño aleteo de soledades nocturnas junto a las luces
de las terrazas de todas las habitaciones, como mosquitos acercándose
a una luna artificial de noche sin sueño pero mucho cansancio,
las ojeras de un pueblecito perdido en algún lugar del levante,
y el susurro de los espejos me pregunta quién soy
y tardo un espeso silencio de reproches en contestarle,
en decirle que nadie para muchísimos,
algo para unos cuantos
y alguien para muy pocos, pero es bastante,
solo que aquí, tan de lejos de todos aquellos
que podrían reconciliarme con mis miedos
me entra el cosquilleo de la insignificancia por los poros,
las dudas de si no me equivoqué de calle, dirección o sentido,
el eterno qué quiero aparte de a ti, que fue el único gran paso que di
en toda una vida de intentos,
el hotel es precioso, con un bar de copas a cuatro y medio,
un sofá que todavía no he usado en la habitación,
una pequeña lámpara en el escritorio
y una cama de matrimonio, maldita desavenencia de las casualidades,
hoy que no estás me dan una de 1,80 en lugar de dos de 90 como nos dan siempre a nosotros,
daré vueltas buscándote, cuento con ello, y en sueños fingiré que andas por aquí desnuda
aunque sepa que mañana, a las 7 y muy poco, sonará el móvil para despertarme
y te irás, valga la maldita redundancia, en un abrir y cerrar de ojos,
el hotel es precioso, te digo, pero está tan falto de una estrella
que de nada me sirve el confort,
el lujo es una manera tan utilitaria como inservible de apagar la soledad,
solo vale como complemento circunstancial de tu risa, un luminoso subrayado
a la noche,
y entonces sí podría valer la pena, las caricias, tener esa mínima importancia
que le concedamos, sino de qué
iba a valer esta mierda de días en bandeja de plata
para una sola persona,
sino de qué iba a hacer chiribitas de naipes con el futuro
cuando bajo las persianas imaginando
el después del después de ahora,
con sus lluvias de marzo
y sus sábanas de piel contra la intemperie,
sino de qué iba a estar yo aquí jugando
a que me importo lo más insustancialmente mínimo,
esa puta manía mía: oigo un chasquido de dedos
y ya creo en la magia,
pero lo he visto, te lo juro, que al cruzar una esquina
cae del cielo y sobre tus brazos todos los anhelos de suicidio
de la que sabes que es la mujer de tu vida
y eso ya solo vale por todas las jarras de agua fría que te llevarás antes,
nos ha jodido, la lotería es una ruleta rusa con muy pocas posibilidades
y aun así, a veces dispara
y entonces te ves desorientando el mapa que te trazaste en el propio pecho
y perfilando un nuevo centro sobre la espalda ajena
o quererte en mitad de esa revolución que lleva tu nombre,
tus ojos y las miles de rutinas con las que nos fueron asfixiando,
como este hotel de menos una estrella
aprendiendo tras el colchón de la moqueta
a sentir el dolor cansado de los pies que han caminado todo lo que se podía,
las heridas abiertas como el par en par de tus piernas
en las mejores noches, esas que no entienden de afonías
ni de reproches en cigarros a medias por consumir,
desgastándonos tras la ceniza
que ahuyenta los lobos de la madrugada
o el peón de ajedrez que en mitad de la obra
pide a gritos el final de los andamios,
todo puesto como un libro de cabecera sobre las sábanas
o un mechero salvavidas en el escritorio
donde te iba a escribir una vida y fuiste tú quien abrió la puerta
y subió los escalones
del stand by en que estaba echando gasolina,
no tenía fuerzas ni ánimo
y ahora sin embargo tengo claro
que las únicas leyes que voy a poder cumplir
son las físicas,
el único silencio que me asusta
es de los ojos
y el último cartucho de pálpitos en el pecho
te lo metí en el bolsillo
cuando no mirabas
el día que te conocí,
cómo no iba a creer en la magia
si vi brillar los arbustos de la ciudad a tu paso,
si en los cables de los edificios
los pájaros de la contaminación hacían un vals de nubes de humo
rodeándote,
si la danza del vientre en las aceras desplegaba su alfombra roja
tartamudeando
y las farolas agachaban su corteza de luces terrestres
como pidiendo permiso para la inmortalidad de tus actos,
he sido testigo tantísimas veces
del gruñido de los auriculares al otro lado,
de la impaciencia de los trenes por llevarte y formar parte de tu futuro,
del pálido refugio de las sombras tras las estatuas,
que me resulto cansado y repetitivo con las malabarismos
de las palabras
en este hotel tuerto de estrellas
mientras miro la carta
y pienso lo que tú elegirías, qué podría apetecerte justo en este momento,
qué le dirías al camarero,
cómo le sonreirías y cómo sería su cara de fábula de después
de tu haberle mirado,
nostalgia quizá de esa maravillosa rutina cotidiana
que acolchamos entre paréntesis 2 o 3 días a la semana,
nunca suficiente, menos es nada, todo sería mejor,
pero es que el amor
es un perro olisqueando tras los contenedores
el único hueso que querría llevarse a la boca
mientras mueve la cola y dice guau nena,
la contingencia puntillosa de los pequeños detalles
poniéndole la zancadilla al desorden de mi cabeza,
donde hay una barra de exclamaciones
y tu bailas en ella desnuda mientras todo eso
que te rodea, el universo paralelo que te sigue
a todos los lugares donde pisas
hace como interrogantes con las cenefas de la materia viva
y parece que le vences a la muerte como con insignificancia
o como si millones de casualidades pudieran concentrase en un solo lugar
y tiempo
de forma tan extraordinariamente maravillosa
y a ti, aun así, te pasara a cada segundo y tuvieras que encogerte
con honestidad
de hombros,
el hotel es precioso, decía,
pero está tan vacío de una estrella que incluso me da un poquito de pena
verle así, compartiendo tu ausencia conmigo,
y sonrío porque en el fondo y tras el cansancio, soy feliz
(hay que decirlo)
y me paso estas noches contando las putas estrellas
pero no me salen las cuentas,
así que sí, el hotel es precioso,
pero parece una mierda.

domingo, 7 de agosto de 2011

miserables

lo primero que perdimos
fue lo último que habíamos ganado:
el reflejo de cristal
de una idea de anhelos
que quisimos llamar libertad.

pero apenas la tuvimos
y ya se nos había ido de las manos.

o nos lo habían quitado.

después, con las prisas,
perdimos también la paciencia
esperando.

un algo que nunca llegó a llegar.

luego fue la esperanza.
eso que sería la último -decían-
que perderíamos
lo perdimos también
todavía no sé si por fallo en sus predicciones
o por simple rebeldía nuestra.

pero se fue. a tomar por el culo.

ahora, que miramos el mañana con insuficiencia,
que bostezamos como la rutina,
que no tenemos absolutamente nada que luchar a cambio de,
aun, aviso, podemos perder
lo único que nos queda: los modales.

quizá así cuando nos vean morder
se arrepientan
de no haber atendido a nuestros ladridos.

los muy miserables.

viernes, 15 de julio de 2011

sobre todo

cuando he llegado estaba desnuda
dormía
y olía a cerveza.
estaba buenisima.
lo sé.
la he probado.
ahora sigue con los ojos cerrados
respirando sueños.

no sé si suyos o míos,
hace tiempo que olvidé
cómo se dividen los nosotros.

está a mi lado, soñando.

y yo del suyo, lleno de ojeras
y cafeína,
me doy cuenta de que ahora mismo
todo es precioso
pero sobre todo
ella.

sábado, 9 de julio de 2011

brotes espontaneos

ni el hojaldre podrá ocultarte
ni la escarcha de lima
ni el sudor de la quema, con su ceniza
y su barro de día a día
en las figuritas que escondía el futuro
tras el refugio de cristal
de la puta vida.

nada habrá que pueda paladear en sueños
como el beso rosado de tus mejillas,

ni será negro el arrecife de plastilina y cigarros,
el callejón oscuro de la casualidad
y las malas noticias entrando con batallones
por las ventanas que dejamos abiertas.

dará igual.

la presa de cinco dedos que sostienes con tanta fuerza es mi mano,
el soporte que enjuaga la sangre hasta que revienta
es este cuerpo de trincheras y arreones
que todavía sueña y eso...eso es algo que no podrán evitar.

así que la hoja de árbol donde jugamos a las caricias
es solo el retrato inconciso de la jauría y su frenetismo
mientras nosotros vamos así
compartiendo el humo y las desgracias, abiertos de puertas
y tan hacia delante
como nos pueda permitir el minutero.

cuando no estás, como ahora, me da por imaginar
todos los proyectos y balcones que tendremos, qué plantas
crecerán fuera de sus macetas,
qué banderas quemaremos en las fogatas,
como será la bodega y cual la marca de los vinos para las noches
de tinto y lencería,
en qué caja esconderemos poesías
y cuántos cepillos de dientes se darán nuestros higiénicos besos,
cómo será la mezcla de mi desorden y tus caricias,
qué obscenidad me dará por escribir en la pared del baño cuando te vea
salir mojada de la ducha
o cómo serán los ceniceros, de qué tienda de regalos vendrá,
cómo lidiaremos carne con fruta en las baldas medio vacías de la nevera,
qué serpiente de cascabel será la que nos despierte a las 8:30
o las 20:03 o cual edredón, nórdico o manta, en qué estufa
o domingo de leña leeremos cuentos en voz alta,
dónde la tele y dónde las legañas, cómo será el laberinto de tan imprecisos
presagios, el color de sus paredes, la maldad de sus trampas,
su sonrisa, la tuya, de cada buenos días vamos a pasar la vida juntos...
me pregunto, porque sé
que no hay escarcha de lima
ni hojaldre para ocultarte,
no hay tormenta capaz ni huracán que se atreva,
solo estás, así, como si pudieses retener la primavera en tus ojos,
y es que creo que sí, que lo haces,
si no cómo me ibas a hacer brotar de esta manera
con tan solo mirarme.

domingo, 26 de junio de 2011


Foto: Daniela Bachetta.


ellos dijeron
no podéis volar
tened los pies en el suelo
los sueños son sueños en realidad
y nosotros
entonces
sentimos un cosquilleo en las alas
nos creció en la risa un rebelde de traviesía
y nos saltaron chispas entre los dedos
al chasquearlos
y dijimos: no nos gusta vuestro juego
así que no jugamos
y ellos
por primera vez y sin haberlo entendido del todo
sintieron
un frío primaveral en su futuro
una duda corroída por el polen de nuestros labios
simple llano seco y duro
muy duro
miedo.

tenedlo.

porque somos los cuervos que criasteis
y hemos venido a sacaros los ojos.

viernes, 24 de junio de 2011

la paciencia de los soportales

Tengo una especie de impulso por decirle no a algo
y un deseo de decirle sí a todo,
una asumible nostalgia de bar que se cierra
como los paraguas, dejando caer
la lluvia
sobre los ojos,
metiéndosete por la ropa
como unas cosquillas sin perfume,
haciéndote daño en silencio y despacio,
avanzando por el pecho que apenas late
y subiendo por la garganta de los vómitos
y las afonías,
se te apagan la luz y los gritos,
sientes el peso de 26 años dándote la espalda,
exigiendo su vez y sus alegatos,
sin nadie a quien puedas aferrarte
excepto a ti mismo,
aquel viejo trato de que siempre serías
lo que querías ser
ves de a poco que no se cumple
por no saber lo que quieres
y miras las calles
como otra orilla del mismo lado,
la esperanza es una hoja caída sin esfuerzo,
el retrato fósil de los charcos en las aceras
y el andar grisáceo de las sombras
en su hábitat natural de paredes y suelos.

Todo se derrite al zumbido de las letras, incluso los monstruos,
y en la siguiente puerta una nueva encrucijada de llaves
te dirá que elegir conlleva una perdida
y que la libertad es eso, perder por goleada
a cambio de meter unos 4 o 5 goles
que merezcan las penas.
Quizá ahí, sea mañana cuando vuelva a creer en los desayunos
y en la feria salvaje de los sin sentidos,
y me quite las ofensas y los cabizbajos
apostando sólo a la siguiente huella,
el paso que ahora doy entre un día y otro
es solo un amanacer entre las nubes
de todos los que me quedan.

Intentaré disfrutarlo.

Pero si en algún momento me veis dar el brazo a torcer
o agachar la cabeza noqueado, solo le pido paciencia a los soportales.

Pues nunca hubo derrotas definitivas
sino solo
falta de oportunidades.

lunes, 13 de junio de 2011

la cuentagotas

las ojeras de lana
no le dan calor en los párpados
y por eso
se le congelan las lágrimas
sobretodo en invierno.

"y las penas
de mis setentaipico años
se resbalan
bajando
y otras
hacen
patinaje artístico
del cuentagotas este
que tengo en los ojos"

y te mira
con esa soledad de los vidrios
en los días de lluvia
y frío
te mira
con esas ojeras
de ruido agrietado
que llora
y dice:

"solo el tiempo sea gota
a gota
a gota
a gota..."

el limpia

tenía un infierno de letras
destrozándole la cabeza por dentro.

levantaba el pulgar
y decía: "todo va bien,
pero la próxima vez que apriete el gatillo
de una pipa
será con este dedo.

y una pared blanca detrás."

¿por qué no lo haces? pregunté

"he limpiado demasiada mierda de otros
como para saber
que la letra
con sangre entra

pero no sale."

la agujas

mucho antes
la llamaban la agujas
porque enhebraba los hilos de las viejas
a cambio de un duro,
después
porque hacía tatuajes
y mamadas
a los macarras del barrio,
luego
porque era la yonki más bonita
de toda la plaza
y ahora
que lleva un reloj sin manecillas
a la altura del pecho
la agujas
dice
que ya nadie la llama.

viernes, 10 de junio de 2011

learn to week up

6 horas de sueños al día
1 accidente inexplicable,
otro con un estúpida explicación
y un tercero con la casualidad explicada de la mala suerte,
un gol (más dos en fuera de juego que no era) en 200 horas de intentos semanales,
unas 47 dudas por minuto
y unas 24 decisiones por instinto en el mismo tiempo,
alguna chorrada de más, unos cuantos movimientos imprecisos,
un corte de luz (ibertrola fucks) y más de 2 de mangas,
3 o 4, 5 o 6 canutitos, varios pares de cerveza,
un katxi de kalimotxo solo en el chiscón,
una decepción, varios agradecimientos,
4 historias para un mismo relato con
ningún final y muchos principios,
2 (o 3) polvos en
las únicas 24 horas de relax (con x)
de la semana,
un único buenos días importante,
demasiados buenas noches que sonaban a nada,
monstruos monstruos monstruos
y un hada de tigres batiéndose sobre un arco iris
que con solo una sonrisa, mirada o jadeo
ya los espanta
y nervios, claro, y algún ratito entrecortado
e insignificativo de ou yeah la vida sigue, solo go on,
lecciones, fidelidad y coherencia o fuera, seguir en ruta,
ojos abiertos, modo aprendizaje on,
26 tacos (y "lo siento, pero yo no estoy de vuelta de nada")
y nuevas pequeñas (diminutas, tan apenas visibles como una mota de polvo
huyendo tras la huidiza levedad de un segundo) metas
y tras ellas
intuyo (¿supongo? espero...)
el otro lado de las grandes y rocosas montañas del yo mismo
del quién eres
y qué quieres
en este preciso momento, y de ese torbellino encriptado
que somos cada uno de nosotros,
apenas una sorpresa, millones y millones de casualidades,
y algún detalle que te fija el mundo, te brujulea los besos,
y te saca a bailar a rabiar de ganas.
resumiendo:
que vaya puta semana que traigo.
joder.

jueves, 19 de mayo de 2011

sol, a las 20:00, o todo el día.

lo de sol es la ostia, en serio. cada asamblea es un coloquio colectivo de gente tratando de ponerse de acuerdo, de comprenderse, de sacar fuerzas en la unión y en el otro. no sé qué dira la junta central, si cerrarán sol finalmente e impedirán las manifestaciones. pero somos portada en el washington post de hoy, trending topic mundial en twitter, y hoy hay que dar un nuevo golpe en la mesa digan lo que digan los señores de la junta esa.
cualquier exceptico ante este movimiento, que se pase por sol, de verdad, durante el día, y vea a una señora mayor traer un tupper de comida, a una chica de 30 con pinta de tener buen trabajo ofreciendonos una carpa que tiene en casa y que no utiliza, a los trabajadores de mantenimiento del servicio ferroviario entrar a las 10 en punto uniformados y aplaudiendo, diciendo claro que sí, venga, joder, a los bomberos que acamparon en la castellana diciendonos que también estarán, a los taxis pitando según pasan, a los viejecillos discutiendo debajo de las lonas improvisadas, echando un cable con lo que se pueda, a un señor que nos preguntaba qué bares nos estaban dejando los baños o dando comida, que iba a comer por ahí y ya puestos prefería ir a uno de los que nos estuvieran ayudando, a personas que te traen mantas, sacos, chubasqueros y antes de que tu digas gracias te las dan ellos a ti primero. dónde se puede ver algo así. cuándo tanta gente tan distinta demostró tal nivel de civismo, tantas ganas de luchar por algo que es tan lógico que te llena de rabia tener que salir a la calle por ello. y los medios llamandonos extrema izquierda, los muy hijos de puta. qué izquierda ni qué derecha ni qué ostias. somos personas. personas cansadas de tragarnos la mierda de otros, empachados de miseria y quitándonos la vergüenza de encima por haber tardado tanto.
se lo cargarán. es posible. reventarán algo tan mágico, y sacarán a los perros de pre(n)sa a contar sus calumnias. pero esta semana al menos a mí ya no me la quitarán. lo he vivido, lo estoy viviendo, y no sé hasta dónde podrá llegar a sorprenderme la gente. no sé dónde está ese límite, si es que lo tiene. así que oye, gracias. qué más se puede decir cuando el nudo en la garganta es como un puño cerrado?

martes, 17 de mayo de 2011

ardamos

las aceras queman como un hule de fuego
que se extiende para limpiar la mesa
una vez ha terminado la comida.
las lágrimas de hielo
se van derritiendo como una ira soluble
en los ojos de los héroes olvidados
y gotean sobre los restos de las sobras
con las que tratan
de llevarse una migaja de mierda
a la boca.
Y se llenan su vacío de nada
imaginando que les quita el hambre
y el desfile de disfraces
y excusas
ruge como el espanto de la noche asustada,
muerta de miedo ante la sombra de una vida no programada,
de ideales nichos en el azufre
de los malos días
y el cansancio de historia que arrastramos
se mofa
y mea
sobre la calavera de todas las utopías
que el invierno secó.
y a los que vengan les diremos
"tenía que ser así
o solo dejamos que ocurriera, en cualquier caso fue
y nadie hizo nada para evitarlo"
explicaremos
arrastrando el peso triste de los recuerdos
que dejamos de vivir
el día que supimos al fin que la vida no era un sueño
sino una enorme cantidad
de mierda
revolviéndose bajo nuestros insignificantes pasos.
A qué esperamos para romper la baraja,
la mesa
y tirar las botellas de alcohol por las paredes
para que todo arda
arda
arda de una puta vez por todas
como ardieron las revoluciones con las que soñamos,
a qué esperamos
para pintarnos la cara con sus cenizas
y salir con el machete
a matar a los fantasmas de la euforia
a qué
joder
si ya estamos absortos
y atontaos
como aquel anuncio publicitario que decía:
"nosotros pensaremos por ti
tú solo disfruta"
y agachamos la vista en su desfile de cerdos
hacia el matadero de cristal,
donde el rojo de nuestra sangre se hizo fuego
rabia
y armazón, renegando por siempre jamás
de la posibilidad de ser algo distinto
a los tristes infelices
que somos,
tanto
que ni siquiera tienen que mandarnos callar
porque hemos olvidado lo que era un grito.
En el aire
el zumbido de los valientes sin voz
llega hasta nuestros oídos
y sólo nos dice
o exige, quién sabe,
"a qué esperamos
a qué esperamos
a qué esperamos..."

sigue

lo primero que hiciste
fue besar las goteras de mis ojos,
pintar de luz
mis paredes grises,
subir las persianas
y traducir a mi idioma de minifaldas
tu viento de risas en primavera.

luego te paseaste furtiva,
entre andamios que se caían por las resacas
y me ofreciste los buenos días
para el tiempo que me hiciera falta.

toda la vida...te dije.

y en lugar de asustarte
sonreíste
como si no te importara.

desde entonces, en la cama
o fuera de ella, siempre la misma palabra:
sigue, sigue, sigue...

sigue

lo primero que hiciste
fue besar las goteras de mis ojos,
pintar de luz
mis paredes grises,
subir las persianas
y traducir a mi idioma de minifaldas
tu viento de risas en primavera.

luego te paseaste furtiva,
entre andamios que se caían por las resacas
y me ofreciste los buenos días
para el tiempo que me hiciera falta.

toda la vida...te dije.

y en lugar de asustarte
sonreíste
como si no te importara.

desde entonces, en la cama
o fuera de ella, siempre la misma palabra:
sigue, sigue, sigue...

la fortuna del olvido

Nos iremos
dejando un océano de barro
y petróleo
donde los niños de las madres que no queden
jugarán a la pelota
sin pelota
tratando de no odiarnos
demasiado
por todo aquello que no hicimos.

Nos iremos
tan llenos de arrogante indiferencia
que cuando vengan a cortarnos la cabeza
mojarán sus risas con nuestras lágrimas
y cantarán
"ahora pides ahora
ahora pides ja ja ja
ahora pides todo aquello que no distéis
ahora que solo sabéis llorar".

Nos iremos
estúpidos e insatisfechos
sin entender que nunca existió la inmortalidad
ni un futuro que no fuera sin nosotros
tristes diablos que sacaban pecho
por todo aquello
que no querían mirar.

nos iremos
con cara de gilipollas
después de ver
que el mundo
no era ese tablero de ajedrez
donde nosotros movíamos las fichas
sino al revés:
las únicas fichas fuimos nosotros
vapuleados
con nuestros aires de suficiencia
por todo aquello
que pudimos querer
pero no quisimos.

nos iremos
como una vergüenza de sombras
que un día piso la tierra
para joderla
y la tierra nos devolvió una ostia
que nos comimos
y despues dijo: podéis volver a por otra.
y volvimos.
y otra vez.
y otra.
hasta que, escaldados por los látigos
y vacíos de orgullo
aceptamos
nuestra única condición de animales ínfimos
que piden perdón
y permiso
para lamerse la decepción de sus heridas.

nos iremos
con el rabo entre las piernas
a esconder nuestros gemidos
en las letras más pequeñas de la historia
y daremos gracias
entonces
de que exista el olvido
para que así
todos aquellos que vengan
nos estén condenados
a recordar
esta época
de cuchillos
y de mierda.

martes, 26 de abril de 2011

no lo entiendo

miro al frutero repartiendo sus 6:30 de la mañana
en los buenos días del mercado de Tribu
o los ingenieros que bostezan en el metro
mirando las caras de las azafatas
sin sonrisa
todavía a esas horas,
y miro a los mozos de mudanza que aparcan en doble fila
y se toman el café corriendo
y mirando la hora,
a los risueños oficinistas
que decoran su fondo de pantalla
como si fuera la habitación de toda una vida
y a los camareros de la noche
que regresan a casa
molidos como el café después de la guerra.

los miro.
a todos.
y no me entiendo.
ellos han construido todo
y sin embargo
todo esto se está derrumbando sin contar con ellos
y con ellos
mirando hacia otro lado.

en qué punto, qué momento,
qué tiempo quizamente impreciso
la balanza dijo hasta aquí hemos llegado
y los otros
que habían empeñado su presente por un futuro
y que habían creado escuelas
matado miedos
y liberado libertades
en qué punto de qué momento
de qué tiempo mortalmente preciso
dijeron ese maldito y lleno de polvo
hasta aquí hemos llegado
resignándose a las cómodas pautas
del olvido y su merchandising.

los miro.
a todos ellos.
y a mí mismo en su reflejo.
y me pregunto: de verdad estamos luchando
por algo
que no sea la supervivencia?

entonces...por qué estamos
tan cansados?

me pregunto

y no lo entiendo.

esfuerzo

no puedes vivir cabreado siempre
con el motor caliente a mil revoluciones
sin hacer
por minuto, no puedes tener este odio
de adentro
ante tanta y tanta gente
no puedes
ceder a los fusiles
el papel de los claveles
por mucha mierda burbujeante
e hirviendo
saltando y ensuciandolo todo
no dejes
que el olor llegue a tus ideas
aunque te digan: eres un soñador
y los soñadores siempre pierden
aunque digan "utopía" son 6 letras
y una tilde
y se rían con su risa burlona
de 8 horas-lunes-viernes
no dejes
que el calor de la sangre
te nuble los buenos días
por mucha injusticia
por mucha idiotez
por todo ese silencio de tristes hombres
otorgando
no dejes
que esta mala leche te consuma
con su aliento de brick caducado
pero
si pese a todo
no puedes
evitar el cerrojo animal del odio
el aliento humano de la ira
recuerda
mejor cabreado
que muerto de risa.

miércoles, 13 de abril de 2011

claro que sí coño, el go on de la noche apoyado en la barra mirando los dedos que asomaban entre las sandalias de neón de las chicas que afilaban los dientes esperando al valiente que las supiera agarrar por la cintura, señales de prohibido el paso encima de las cuales hacías filas indias en el baño, las derrotas ocultadas en unas manos que han recogido demasiados balones de la red como para saber, de sobra, a qué sabe el suelo cuando lo besas, y niebla, mucha niebla, entre los ojos vidriosos y el humo de los cigarros (uno tras otro uno tras otro uno tras otro) de los espadachines con proyectos imposibles, soñadores sin un viaje al parnaso, perdedores sin brújula en el bolsillo, medias rotas que apuntaban hacia el infinito y se quedaron en el ahora, en el hasta cuando, las noches, claro que sí, de subidón y rosas que se pudrían a los pies del escenario, a la espera de que cerraran el bar para ser barridas por camareros envejecidos como las putas, la chica aquella a la que besaste para que no te dijera su nombre, para que no fuera como tantas otras a las que solo recuerdas por un simple y vulgar sustantivo femenino singular, ya me dirás tú, qué adelantas si aquí todos somos distintos pero nos llamamos igual aunque nadie nos llame, era una forma como otra cualquiera de mandar a la mierda la mierda de mundo que había que tragar a las 8:30 con el desayuno, los ojos en cueva y alfileres en los músculos como una ducha de agua fría, entumecido por un día soleado que todavía no habías aprendido a disfrutar, sexo sucio en water closed open legs y la mirada hacia abajo, perdida, buscando un detalle, una uña, una herida en la rodilla, una nota musical entre la risa gastada o el gemido inconsciente, algo que te dijera: aquí hay vida joder, a esto puedo aferrarme para creer que esta vista nublada, que este gesto de muñeco de trapo, conducen a algún lugar más allá de los remolinos del agua que cae cuando tiras de la cisterna, dudas, y esa enfermiza desesperación de quién espera sin ir, de quién no mueve ficha ni desmarque hasta que el pase está hecho, el cansancio quizá, el miedo a los fueras de juego, y un 11 de abril de repente alguien que ni siquiera pensabas que pudiera existir te pone una bola de fuego entre las manos y te dice: si soplas,no podrás jamás apagarlo. y soplas, claro, y confiesas aquello que decía chandler (raymond): "todo lo que quiero hacer es avivar el fuego con el puedas calentarte las manos". y eso haces.

lunes, 4 de abril de 2011

lo que falta

(una antigua poesía para un libro a 3 bandas junto a gsus bonilla y carlos salem, que nunca llegó a hacerse, y que hoy subo aquí al haberla encontrado entre el montón de escritos pasados que guardo en el mis documentos del ordenador)

Ahora que todavía no peso un cuarto de siglo

y que gasto camisetas de antes de graduarme

y ahora que entre otras cosas distingo las leyendas urbanas de los cuentos callejeros

puede que sea un buen momento para hacer balance de deudas.

No tanto por lo que deba a nadie, sino más bien por un ajuste de cuentas contra mí mismo.

Echo un vistazo por encima de mis fraudes

y pienso en algunos granos que dejé tirados por cunetas donde pensé

que no podría crecer vida, y ahora que hago estadística de daños

veo que el pasado pesa

y el futuro pasa

y nada se queda parado más allá de un pitillo, la magia por un instante,

ciertas miradas ante ciertas piernas,

el agrio sabor de las pupilas cuando se empañan una mañana de otoño.

Supongo que habría que distinguir entre las cosas que todavía no tengo

y las que no tendré jamás,

diferenciar que a veces lo que falta es ausencia de

y otras no llegar hasta.

Para empezar, lo que falta es lo que no está, el espacio vacío

que los recuerdos no llenan, que la nostalgia acentúa,

echarte cuentas pasadas en lugares donde dejaste trocitos de alma por construir,

historias que no llegaron a ninguna parte,

que no pasaron de la primera estación,

anillos que miraste desde el otro lado del escaparate justo antes de salir corriendo,

-Dilo: de huir…

…a donde no pudieran cazarme, y ahora que presumo de ser animal salvaje

hay veces que me faltan las caricias de mi madre al irme a la cama,

esa mirada que ponía sostuvo mi mundo durante tantos años

que aun sigo buscándola cuando me cago de miedo.

En verdad me he hecho áspero, intuyo,

porque lloro poco y sin ganas, así que supongo que me falta

la ilusión de enamorarme a los 14 años

y soñar con quedarme encerrado en el cole con la chica de los pupitres de atrás,

o disfrutar de un viernes por la tarde como se merece: sentado en un portal

mirando de reojo a las chicas

y de frente a los amigos.

Me faltan kilómetros de horas en la plazita donde Sergio

cambiaba de novia cada semana,

el camino del cole a casa volviendo con Irene y Marta

y aquel cruce de la calle Mayor con san Bernardo

donde nos encontrábamos con los de maristas,

donde tantas noches me despedí de Dano,

donde vi vomitar a Frontela mientras decía: estoy bien, solo un poco borracho,

y se reía el capullo antes de volver a vomitar.

¿Dónde están?

¿Por qué escribo lo que falta en forma de pasado?

Escandar, anda, ¿a quién pretendes engañar?

Lo cierto es que me cargué un futuro a la espalda

y me fui caminando de aquella Palencia a Ponferrada primero,

y después a un Madrid que me tiene enganchado.

De todos esos trastos que traía me quedan los libros no más, algunas poesías,

mucho cine

y ciertas heridas que me reabro yo solo para que no cicatricen.

El resto no pesa porque lo fui dejando,

y a veces sí es verdad que me faltan peldaños de los que tirar

cuando me vengo abajo,

me faltan escombros de una vida/ruina que mantengo lo más honestamente limpia que puedo,

me falta el gusano en el estómago por cada beso que doy

y supongo que es duro recordar

“que dejé de creer en el amor cuando descubrí que todos los besos

tenían el sabor de mi propia saliva”,

claro que es duro verme aguantando sin apenas soñar,

sin apenas querer,

y aun así, estoy seguro, me faltan muchas piernas por liar,

me faltan bolsillos para tanta arena, para tanta playa, para tantos labios.

He buscado las mañanas de entre la luz de la habitación

y pulsando la tecla de intro he olvidado los estribillos para centrarme en las estrofas.

Honestidad.

Si la fui perdiendo de vista en los últimos años

es porque se me escurrió de los dedos según crecía.

Fui sincero, soñador y borracho, y ahora mantengo el tipo como puedo

gracias a esto último no más.

Así que me falta un posado desnudo con los brazos abiertos

y un muro de fondo contra el que golpearme.

Me falta querer marcar los goles decisivos en los partidos importantes,

y me faltan viajes al corazón del planeta, donde la tierra misma hace bum bum

igual que los ojos de las personas que cambian el mundo.

Si doy un pasito más, si empiezo a vomitar desgarros de los sabores

que no he podido probar o que ya no probaré,

debería empezar tal vez por decir

que nunca fui la primera vez de nadie,

que es muy posible que tampoco sea el último

y por supuesto, no creo que sea el mejor.

Así queda mi posición: en un papel intermedio

y luchando contra lo secundario del personaje:

en el vértice a medias de los besos que he dado

y en el extremo opuesto de los que no doy,

a estas alturas no me importa confesarte

que me faltan unas cuantas fantasías por cumplir:

un bis a bis lleno de sogas, flujos y direcciones prohibidas

o tratarte como un trozo de carne en excitación, un todo vale de una vez por todas,

me falta respirar en el oído de la incertidumbre y lamerle el miedo a las dudas,

hacer aquel road trip a través de la lengua

y me falta echar cuentas de todo esto con tus pupilas.

¿Qué puede faltarme aparte de un par de tríos, de un trío de ases,

de una baraja de infartos?

De tantas vidas que no viví ahora entiendo el tono de simulacro

con el que pulso estas teclas, al fin y al cabo

he soñado tantos disparates que a la hora del disparo

me entró miedo de no estar a la altura.

Por eso cuando en mi cabeza viajo a todos esos lugares que no he podido pisar

y digo las frases que en voz alta me callo

y vuelvo a ser ese intento de algo que pide protección para testigos.

Cuando imagino el podría ser de mi vida

miro sin querer mi mochila de viaje, mis libros y las llaves del piso

donde vuelvo a dormir cada noche

y recuerdo a Rocío escribiendo: “por qué no haces lo que no haces si en verdad es lo que quieres hacer”,

y me sale un “no sé” tan personal y cobarde

que empiezo de nuevo a correr cuando no encuentro respuestas.

Me falta esa novela que siempre envidio,

esas promesas que me hice en las noches de 15 años y tardes de estudio,

un montón de carretera con el dedo levantado hacia el horizonte,

me falta saber navegar sobre el mar y las resacas, un te quiero tan honesto

que olvide el “perder” de detrás.

No da igual, pero al menos no he traicionado el pacto

de no traicionarme a mí mismo

aunque sí es verdad que me falta silencio acostumbrado como estoy al ruido,

a la exclamación gratuita, al hecho de saberme caduco y fugaz,

inestable, falto de tiempo para casi todo.

Puede que sea eso.

Puede que lo único que me falte sea tiempo.

Entre todos estos ladrillos no he olvidado los palacios que quería construir,

pero me falta mi abuelo,

Malik y Mariana,

toda la inalcanzable familia de mi padre y mi padre, a veces, también.

Me faltan tardes enteras de cartas escritas a mi hermana Nur

y asumo el hecho de ser consciente de que lo que falta,

lo que me falta,

es el impulso de fuerza en mis dedos

para dejarse llevar hasta sentir el calor del fuego quemando mis deudas.

Así, me podrán juzgar por cenizas

y yo podré envejecer alejado del miedo al insomnio, alejado

de una lista de faltas y ausencias justificadas por un “no pudo ser”

tan cobarde como silencioso.

Estoy aquí, de pie, en el borde de las letras

y mirando hasta dónde me llega el abismo

para poder emborracharme tranquilo si alguna vez llego a viejo.

Dispuesto a todo, y sobre todo dispuesto a no parar.

Si al pasar me ves agazapado en la trinchera

o con los puños afuera me ves desfallecer dando ese salto adelante,

ese paso más,

ten en cuenta que traté de luchar contra el tiempo

de la única forma que sabía:

con la risa

de un niño pequeño

como telón de fondo.