lunes, 28 de junio de 2010

una, grande y libre

el olvido está lleno de memoria
M. Benedetti.

Humillados y ofendidos
Fiodor Dostoievski.

A Gsus Bonilla, por aquellos niños que jugaban con el aro de metal de un barril de tocino



Ellos decían
Una
Grande
y Libre
y de esa premisa deducían su máxima,
de esos mínimos extraían su no razón de ser algo más
que simples mercaderes de petróleo.
En sus banderas el rojo desempataba en el minuto 18
de un mes que debía haber sido cualquiera
pero nunca lo fue,
y la victoria que en principio era de vergüenza
se celebró como de goleada.
En la tierra de nadie se fijaron nombres
y en las cosechas
los alimentos se vendían en cartillas como colas del paro,
el pelotón fusilaba y no solo las palabras,
también la vida
y después la memoria de personas que fumaron el último piti
el de la derrota
a sabiendas de que nada volvería a saber ni siquiera parecido.
Ellos decían
Una
Grande
y Libre
y en el corsé iba la libertad dentro,
en los actas se apostaba sin mirar atrás
y en las casas se empezaron a comer las sopas de ajo
bajo un silencio que daba más miedo que la propia muerte.
Después impusieron
obligaron
no dejaron margen de duda
ni títere con cabeza.
Hicieron sus propios mandamientos,
redactaron testamentos de otros, pintaron carteles publicitarios.
Lo vendieron esperando que el olvido no se volviera a llenar de memoria.
Así, hubo quienes se disfrazaron como sus vecinos,
hubo quien aprendió a callar y jamás se atrevió a volver a levantar la voz,
hubo gente que amasó el pan con tanta rabia
contenida
asimilada
que cualquier miga le parecía un insulto.
Cuando llego el final de la guerra
40 años después de que solo los muertos la conocieran
ellos decían
todavía
Una
Grande
y Libre
pero la gente, para entonces, prefería pasar página
a callarles la boca.
Y entonces sí el olvido se llenó de memoria, Mario,
entonces sí, Fiodor, fueron ofendidos y humillados,
entonces sí que perdieron lo único que no les habían quitado: la razón.
Pasaron página quizá porque el rojo de la sangre
no es una mancha que se quite con facilidad
o porque el odio da igual hacia quien sea
si solo importa de quien viene,
decidieron que dar un paso al frente no era tan mala opción
si aun quedaba todo un futuro para lidiar con las lágrimas
todo un presente desde el que empezar a construir.
Y los hijos de perra que todavía ladraban
Una
Grande
y Libre
siguieron con sus cánticos de funeral y gloria
anunciando el regreso de la ceguera
como si, aun así, aun hubiera quien los escuchara.
Está la voz vieja
y cansada
de abuelos que contaron las batallas a sus nietos
bajo una estufa de carbón y leña,
y los libros de historia
y el dolor casi universal de mandíbulas por el apretar de dientes
de vidas enteras aprendiendo a callar.
Ahora
que nos dicen
no miréis para atrás
no remováis la mierda
no escarbéis las trincheras donde solo encontraréis cadáveres
ahora
que nos dicen
da igual
o no pasó
no sois quienes para juzgar la historia
ahora
y ellos todavía dicen
Una
Grande
Y libre
Yo solo puedo pensar
“Sí
Mi Polla”.

mierdo

a que alguien diga "te he estado esperando toda la vida, y ahora es otro el que está a tu lado"
y sea yo ese otro
que para todos los espectadores sería el malo de la película.

a que un día despiertes con mis costumbres encima, mi rutina debajo, mis manías rodeándote,
y te asfixies de mí anhelando una vida que no supe darte.

a que en la próxima birra sonrías a un inquieto desconocido
y me quede pensando cómo volver a extraer de ti esa misma sonrisa.

a que se queme un día el calendario y aceche detrás la fatiga de tus 22 años de promesas aun por cumplir.

a llamarte 7 veces seguidas y cuando veas las perdidas del móvil pienses que soy un pesado
en lugar del chico enamorado que necesita escucharte para ser feliz.

a que pienses que el pesimismo de estas palabras son un pronóstico de naufragio
en vez de un achique de dudas que practico conmigo mismo
para que así jamás se hunda el barco.

y es que a los miedos, insisto
y añado,
hay que darles
desorden y poesías,
hay que atajarlos poniéndolos sobre la mesa,
descifrarlos con palabras, asumirlos, y vivir cómo si ahí no estuvieran.

si miras en las cajoneras verás restos que escondí para que no los vieras.
me conoces, y sabes que va en el pack de ser humano.
solo alguna vez y muy de vez en cuando los saco a relucir miserias.
pero solo alguna vez.
y solo muy de vez en cuando.

después, ahora, vuelvo a cerrar la cajonera,
cest fini muchacho,
y voy a buscarte a la salida del trabajo
(a Madrid le faltan caricias y abrazos...")

sábado, 19 de junio de 2010

el simple arte de escribir

mi hermana asistió una vez a una conferencia suya.
da gusto oirle hablar. es todo calidez. tiene elegancia en el paladar, y cuando habla de su mujer
el mundo entero parece un beso en la mejilla. dijo.
qué libro recomendarías para aprender a escribir? le preguntaron aquel día.
"el simple arte de escribir" de raymond chandler.
mi hermana tomo nota.
y dos semanas después le quitaba el papel de regalo del fnac.
-Saramago dijo que era el mejor libro para aprender el oficio al que quieres dedicar tu vida.
fue un consejo a tres bandas.
y se ha muerto sin que pudiera darle las gracias.
otra vez.
me ha pasado.
voy acumulando confesiones que ya jamás diré.
el mundo seguirá igual de suyo. igual de humano.
como a él le gustaba, supongo.
pero con uno menos
de los muy buenos
en nuestro bando.

miércoles, 9 de junio de 2010

donde están las respuestas

No quiero sonar prohibido
aunque solo hable de amor,
ni cansado de algo, ni aburrido de moneda,
no quiero aprender palabras como en cuadernos de ortografía
ni mirar letras por su entonación o declive,
el mundo de mármol que piso no es tan frío si tras mis pasos
oigo un crujir de madera,
una risa de niño,
una raíz que besa la tierra a la espera de salpicar frutos,
de suavizar asperezas aunque sea comprando un paisaje de metro
a las tu y yo de la mañana,
dos de nosotros,
un año como cualquier otro
pero no como otro cualquiera
y aun así quizá más hermoso.

No quiero soñar perdido
aunque solo el café duela,
aunque en las paredes crezcan siluetas y gritos
y el tumulto ya no se vea como esa bandera que iba a arrastrarnos
con las mareas
a un mundo tan desconocido
que solo podía ser bueno
y bonito
pero jamás barato,
aunque en las plazas los únicos cantos de sirena
sean de neón azul
y las ventanas se cierren porque prohibieron la música
con la excusa del ruido,
no quiero mirar al suelo y fingir que así
no miro a otro lado,
no quiero estar dispuesto a poner cepos
y no llamarlos por su nombre de trampa,
por su olvido de mierda,
por su logro de nada.

Solo hablo de amor para no estar tan podrido
por dentro
como esa caja de música
que era un nido de grillos
enjaulados.

Miro.

Y Todos seguimos con el puño cerrado,
sí,
y con las manos en los bolsillos.

Preguntándonos.



(este poema, junto a un intento de artículo de opinión -porque llamarlo ensayo sería un insulto pretencionista- están en el nuevo numero de la revista digital groenlandia (http://www.revistagroenlandia.com/main.htm) que Ana Patricia Moya se curra con to el cariño del mundo cada 3 o 4 meses, vaya , no lo sé exactamente, pero ella es puntual con su revista, ojalá fueran todos iguales, eh?. pues eso, que decidió contar conmigo y desde aquí, aunque sea entre paréntesis, se lo agradezco)

domingo, 6 de junio de 2010

este martes, 19:00-21:00. caseta 225

Antes de venir a Madrid, mi hermana, cada año, me contaba que se chupaba largas colas cuando tocaba la feria del libro para una firmita en primera pagina de benedetti (para mí) y saramago (para ella).
con perez reverte creo que ni lo intentó (y desde entonces aun pienso en cruzarmelo un día y pedirle la firma que la debe, aunque él no lo sepa siquiera).
con montero sin embargo (me contó) no había nadie excepto una mujer que le entregó un librillo suyo para que él lo leyera.
cada año, me decía quienes estaban en las casetas echando firmas, me preguntaba si quería alguna de alguno, y luego me regalaba libros firmados en puño y letra por personas a las que admiro muchisimo.
yo vivia en palencia, o en ponferrada, y ella me contaba lo de la feria del libro y yo la escuchaba, que es lo que siempre he hecho.
una vez en madird, he pasado por allí los últimos dos años. entre muchos, me paré con montero y con ray loriga, cosas mías, yo me entiendo.
el caso es que una vez te habituas a ser cliente de un bar, el día que cruzas la barra y te pones de camarero, se hace extraño.
todo visto desde el otro lado, caramba.
Marcus Versus me dijo hace un tiempo que este año iría un día. y yo sonreí sobretodo por dentro, y pensé "qué pena que mi hermana esté tan lejos y no pueda verme".
creo que no ha sido sencilla la negociacion de caseta. pero al final, tenemos una (seguro que preciosa) para este martes de 19:00 a 21:00.
la numero 225, libreria Blanco.
Allí estaré junto a Carlos Salem, al que le quedan poquitos libros por vender porque ya ha vendido muchos y se van a agotar. así que ultimas oportunidades para el que las quiera.
dejo aquí la publi del asunto porque estas cosas, aunque sean tontas, hacen ilusión. y me apetecía decirlo.
como el gracias -de nuevo, y otra vez y otra- a Marcus e Isa. ya he leído la critica en el calle 20.
joder. qué más se puede decir si no.