jueves, 18 de febrero de 2010

Nieverland

la noche en que las estrellas exploten en confeti amarillo chillón
habrá un diluvio de gritos en la puerta de cada casa,
el vals será tan atronador como la risa
y la ebullición precisa que es necesaria para que hierva el amor
se medirá en pompas de sudor que inundarán el aire.

la noche en que las nubes desagan su mosaico de algodón
será un sigilo de seda lo que caiga,
un remedio de golosina
y un salitre de copos de nieve inundarán la espaldas de la gente
hasta nueva orden,
pero entonces ya no habrá ordenes y sí rebeldes
que sonreiran
por el dulce sabor a mar de una lluvia de abrazos.

la noche en que revienten los relojes
será un paisaje de arena lo que quede,
el desierto de los sin tiempo será al fin realidad
y veremos huir con el rabo entre las piernas
a las citas y los horarios,
fumaremos hachís sobre el pecho delicado de las montañas
y el humo sagrado de nuestros labios nos contará
los daños que pasaron nuestros viejos
hasta lograr que el tic tac se parase un momento
que ya siempre sería para siempre.

te veo salir del metro.
con los ojos haciendo chispas
y ese trato con los milagros que te traes en los labios.
a mí me crecen sonrisas nada más verte,
luego nos abrazamos por lo menos que nos hemos echado los últimos días
y pienso: esta noche puede pasar cualquier cosa, pero todas serán bonitas.

jueves, 11 de febrero de 2010

Me quedo en, con, por y para

De todos
los te echo de menos que colecciono entre las horas tristes de la siesta
y las espeluznantes oberturas de la noche,
de todos los saltos al vacío sin ramita de árbol
ni liana de piernas,
de todos los ahora vengo que digo en bajito para que nadie me oiga
excepto tú, que estás tan lejos,
o de todas las palabras
que de una en una voy colocando sobre el armazón de la coraza
para decir buenos días al panadero,
buenas tardes a los cafetistas,
buenas noches a las minifaldas,
de todas las odiseas e iliadas que cada tarde me convierten en tragedia de héroe
que sabe dónde está su casa pero no vuelve,
de todas las terceras guerras mundiales que se libran al notar unos ojos,
de todo el griterío parvulario de los críos que juegan a los delfines
recostandose en una sonrisa,
de todas las hogueras de abecedarios que soplo para que en ellas
no dejen de arder las letras
y de todas las singulares, y de las congulares
y de todos los plurales, ripios y anémolas,
bises, rosas y escafandras
yo
me quedo en ella, con ella, por ella
y para ella, aunque a ella no hay quien la pare.

De toda piel de lenguaje, de toda risa en suspiro,
de todos los qué tal cariño tímidamente hablando,
cotidianamente lujosos, lujuriosamente cotidianos,
y de todas las misceláneas de medias tintas con brocha gorda,
de todos los mapas dibujados en arañazos de uñas, besos y orgasmos,
de todas las lindes y cauces, líneas curvas, atajos y verticales,
y de todas las montañas que dicen “ay…” entre la niebla de próstata
y el vaho secular de los ríos,
y de todas las ligaduras de trompas de elefantes rosas, espinas fugaces,
y siseos de gente que nonea entre los aplausos y el cine,
de todas las aves rapaces, de las fugas y oboes de presos y libresabios,
de todos los almanaques de días en rojo chillón,
de todos los alcornoques en flores de bach, tocatas en re menor
y órganos de distribución masiva de sangre,
de todos los arrozales contra el miedo,
de todos invernaderos contra el hambre,
de todos los tú a tú contra el frío,
de todas las guerras de lirios, siluetas, alfombras,
polvos e infinitesimales
yo
me quedo en ella, con ella, por ella
y para ella, aunque a ella no hay quien la pare.

De todos los números primos en su búsqueda constante de ser múltiplos de algo,
de todos los derechos individuales,
de todos los izquierdos en general, de todas las plusvalías de caricias con sorna,
de todas las inflaciones de alma en el pecho,
de todos los caminos que van al revés que roma,
de todos los sentidos maltrechos de la orientación
y de todos los cantos de sirenas en ambulancias,
de todos los botiquines, taconcitos, tan tanguitas, y bom boomes inmobiliarios,
de todos los dedos en busca, de todos las brazos en captura,
de todos los wireless mind to mind,
de todos los formatos de comprensión,
de todos los coros, pleyades y artemisas,
de todas las bambalinas, biombos de focos, bastidores laterales,
primeras filas y auditorios donde las niñas dan besos en las mejillas de los niños,
de todos los cromos de barbies, cleopatras, mata-haris
y bardots de brigittes con rastas,
de todos los de aquí a cualquier parte,
de todos los de cualquier parte a ti,
de todos los sin ti no podría y aunque pudiera no quiero,
de todos los ahora y luego
y de todos los tierra, fuego, aire, y que se salve quien pueda
pero que nadie se salve,
de todas las naves, lunas, liebres,
liras, luces y filigranas
yo
me quedo en ella, con ella, por ella
y para ella, aunque a ella no hay quien la pare,

Por eso, de todos los campos de stop que tiene el camino
y de todos los diamantes
cogió mi destino como un ramo de semillas de flores
y lo esparció, a un lado el pan, al otro el vino,
y ella y con ella yo,
así, juntitos,
un paso y otro y otro paso adelante
vamos felices, fuertes y convencidos,
como dos inconscientes de que no hay quien nos pare.

lunes, 1 de febrero de 2010

Deadsire

a veces se siente un poco como un cualquiera, tiene ya 23 y le parece que todo va tan despacio que no se explica ni cómo es que se está volviendo viejo. no suele tener prisa con estas cosas, dice, pero todos los días, al afeitarse la barba antes del curro, imagina un pequeño suicidio, discreto, con modestia, porque él es de esos que aun creen en la reencarnacion ("como los clasicos, siempre estará de moda") y en el fondo piensa que cualquier otra vida podría ser mejor que esta.

se ajusta el sujetador descuidadamente y en ese pequeño gesto ya anuncia una torpeza inusual para mancharse los vestidos de boda antes siquiera de que llegue la comida, o para tropezarse según vuelve de la compra intentando agarrar dos bolsas llenas de chocolatinas mientras guarda el cambio en alguno de los bolsillos del chubasquero. se distrae, piensa, y a veces dice en voz alta que los anuncios de compresas le parecen maravillosos. luego se duerme y sueña sueños en donde muere desangrada.

es un buen chico, dice su abuelo cada vez que sale por la puerta a jugar a la pelota. es travieso, o avispado, según se mire. lo cierto es que nunca le han castigado, ni siquiera el día que se escapó de casa por la noche para jugar al futbol "como los futbolistas, con faroles". incluso su padre esbozó una pequeña sonrisa después de la colleja. siempre está despeinado y dice que, cuando sea mayor, se dedicará a hacer gominas. "pero pa niños, a prueba de balones". y su abuelo se ríe, le da un par de euros, y el chaval, mientras se aleja, tararea en voz baja una misa de requiem.

le gusta ismael serrano. su voz, claro, como si nada se ensuciara en el aire. antes escuchaba pereza, y antes el canto del loco. tuvo una época, recuerda, en que compraba la superpop para ver a alejandro sanz, y después para ver a estopa. de casualidad encontró aquella cinta de su hermano entre las cosas que había en la habitación. estaba en el cajón de la mesilla, y la escuchó allí mismo, en el viejo radiocassete que les regalaron (es para los dos, dijeron sus padres) cuando ella tenía 11 y él 16. a veces, cuando canta ismael, piensa que es su hermano diciendole "no tengas prisa, sister, que en una de estas, vas y te mueres".

se quieren, como se pueden querer dos adolescentes. hablando de eternidades, de infinitos y nosecuantosmil sentimientos. ella le compró unos levis el pasado invierno, por el aniversario. y él alquiló una habitación en un hostal del centro, y compró un anillo con sus nombres rayados en plata. como romeo y julieta, dijeron en voz alta. y luego, haciendo el amor, él imaginó que la maltrataba y ella, se corrio imaginando que la violaban.

no lo volveré a hacer, trató de convencerse. pero ya ni recordaba las veces que se había masturbado mirando aquellas virgenes en las tumbas del fondo del cementerio.
luego se limpió. se subió al coche.
y volvió a la oficina.