jueves, 27 de marzo de 2008

el arquitecto sirio, mi viejo

anoche, leonardo oyola se me acercó muy discretamente, y antes de pedirse otra birra me dijo, con una humildad casi insultante, que él tenía un crío de 3 años, y que ojalá dentro de 20 su chaval le dijera algo parecido.
digo esto, porque ojalá mi padre, mi viejo, entienda que le entiendo todas las veces que se ha puesto a luchar por su cuenta.
ya que sé que a veces se ha pasado por aquí, no tengo más que decir
salvo que bueno, que espero que estés sonriendo por allá, con tu buena gente.



EL ARQUITECTO SIRIO, MI VIEJO

dejame que te llame viejo en las próximas líneas.
ahora que estás cocinando el kipi y el bahmi
y toda esa comida de tu país,
mientras la tere hace ruidos en la silla de ruedas
y la pili la mira de reojo mientras finge ver la tele,
te diré viejo
porque lo he escuchado otras veces y suena cariñoso
y yo siempre te he dicho papa
y en ocasiones incluso te he llamado por tu nombre.
viejo,
tú y yo a veces somos como dos extraños que no hablan de nada.
en verdad nos parecemos poco
y en otras cosas demasiado.
nunca nos pondremos de acuerdo, viejo, en qué carajo es vivir la vida,
nunca votaremos el mismo partido político,
nunca haremos el mismo trabajo,
pero en el fondo viejo bien que nos entendemos,
por eso de que compartimos apellido
y sangre
y pasado
y ahora entiendo todos los años que te pasaste durmiendo fuera,
las interminables partidas lejos de casa,
todas las veces que no estuviste y que ahora veo que sí
solo que yo no sabía verte,
ahora entiendo viejo que has formado una familia lo mejor que has sabido
y te aseguro que es la leche lo que has hecho
luchando
y luchando
y luchando
y bueno viejo ahora entiendo esa mirada que pones
cuando miras abajo,
al suelo,
imaginando tal vez la vida al otro lado del mediterráneo,
imaginando la tierra donde dejaste raíces
y no volviste después
hasta después de tantos años
con visado de turista.
ahora entiendo viejo que a ti no te lo han regalado,
que te has pringado la cara
y los huevos
y te has dejado la piel y las escamas
en conseguir una hinchazón de alma en todo lo que te rodea.
siempre presente viejo,
mientras cocinas en la cocina
el plato que yo comeré mañana
pienso que hay cosas que se piensan por escrito
y se dicen con la mirada.

miércoles, 26 de marzo de 2008

kostas kamakis

pringao, tan poca cosa, que casi ni sé por qué escribo esto.
a medio camino
de chiste y destino es curioso, gracioso casi,
que vengas a vender vanidades
a gente a la que le sobra elegancia.
pero tranquilo, chiquillo, que a letras no nos gana nadie.

por eso voy a explicarte que hay filas de tíos arrodillados
sacando la lengua deseando comerla el coño
y que tu eres la mofa de todos ellos.

que eres el tipico que se come las migajas
para no pasar el hambre que tu calvicie te proporciona.

hablando en plata: lo que te pasa es que no follas,
y cuando lo haces
aparte de mal
lo haces pagando, pringao, tan poca cosa, que ni sé por qué gasto estas letras
(valiosas ellas) en pronunciar tu estupido nombre.

que siempre, me da, has sido el pringao de la clase.
el calvito desde los 20.
el bajito del grupo.
el que siempre se queda aburriendo las paredes
y los camareros
esperando que en su desprecio alguien le haga caso.

ma parto, tio, me parto, te lo juro,
viendote intentar con malabarismos de cutre poetrasto
llegarle a los tobillos a quien ni siquiera te ha mirado.

pena das.
vergüenza, si es que hay alguien que te quiera.

mientras sigues rumiando tus tristes sobras de mendigo en ciernes
yo me voy a dormir
en sabanas calientes
entre las delicadas piernas de tus sueños más ardientes (tus babas lo demuestran)
para que puedas
seguir fantaseando con mis realidades
y seguir carcomiendote de asco cada vez que dices
una de tus gilipolleces.

y este poema no lo firmara nadie, kostas kamakis (hasta en eso te quedaste en hortera),
pasará tan desapercibido,
tan cutre y lleno de olvido,
que tendrás tiempo de sobra (la vida entera chaval)
para poder agobiarte con tus propias limitaciones,
tus ridiculos intentos de ser alto, guapo y fuerte,
pringao,
tan poquita cosa eres...

lunes, 24 de marzo de 2008

chasquidos al aire

qué importa que llueva si tú ya no lloras.

sigo mojado, como en otros en tiempos, pero ahora son otros
los sueños que empapan mis barrotes.

las palabras son baratas y normalmente
no llegan a ninguna parte
aunque a veces se especializan en oasis,
en pinturas de colores,
en besos de última hora.

porque nada se parece a ese instante en que se abre la puerta
y apareces con tus "despierta!" dispuesta a revolverme el mundo.

traje de gala para las malas noches,
desnudos para los buenos días.

hacerte boceto para nunca terminarte, y así perseguirte
como un borrador ex-adicto a los tachones.

solo aquí, donde firmo cortes de sangre a base de huellas
puedo maldecir tantas letras que empezaron siendo cenizas
y termianron siendo disfraces..


donde al fin son los secretos y la magia
lo único no confesable,
donde todos morimos por las mismas cosas
y vivimos por distintas personas,

la parte de atrás del tiempo decidida a darnos la espalda
y nosotros, más decididos todavía,
a hacer de la vida
chasquidos al aire.

martes, 18 de marzo de 2008

volver a donde, volver a qué.
carlos salem.

no lo sé, pero algo intuyo por sentimientos
y cosas similares tipo
la sonrisa de vagón de tren que pongo cada vez
que llamo a frontela desde chamartín
una vez dejo las maletas en su sitio,
billete en mano
le voy contando los horarios que tengo, las ganas
de cenar la comida de mi madre,
la hora exacta a la que no podremos quedar esa noche
pero sí,
sin problemas,
media hora más tarde.

volver a qué, carajo, para mí es un poquito mi vieja
y un poquito mis viejas, con esa fría ternura
que solo desprende las caricias que no das a tu familia,
los abrazos que te cortas por eso de guardar formas
y mantener costumbres,
las miradas furtivas a mi madre en la hora de la cena
cuando la abuela pregunta quién sabe qué
y todos pensamos a la vez la misma respuesta igual de absurda.

cosas de esas. volver a dónde, joder, es una calle muy larga
donde frontela se apoya en un portal después de picar en mi casa,
el porrito a medias,
la barba marcada,
e historias de dos meses separados en donde tenemos que decirnos por miradas
todo lo que, por telefono, no podemos contarnos.

volver a qué, ya ves, es despertarte con el ruido de la gente de provincias de fondo
y ver que muy pocas cosas cambian por aquí,
los chiquillos del recreo de la salle llenan de ruido la primera esquina a la derecha
y los repartidores, también aquí, no escriben poesías en los albaranes,
las señoras de 50 parece que tienen 50
y los chavales llevan en bolsas de plástico las pelotas a las que luego pegaran patadas.

sé que Gardel tampoco se refería a esto,
pero todos tenemos nuestras listas minutadas de detalles.

cabrón, no te rías así, que tú también.
y todos sabemos.

por eso no sé qué contestarte muy bien cuando tú mismo respondes a cerveza callada
las preguntas para las que nunca, dices, tienes respuesta.

son un poco mis colegas
y mis calles
y una habitacion llena de posters que no quiso crecer conmigo el día
que hice mi primera maleta.

frases clavadas en la pared de cuando yo era otro
pero ojo,
de eso
es de lo que no quiero olvidarme.

así que no sé por qué volver a dónde
y volver a qué,
según tú lo dices, me suena tan propio.

tan mío.

habría que ver de qué estamos hechos para entender
que detrás de los contenedores donde aprendí a vomitar
y detrás de tantas y tantas papeleras que solo supieron de mí que era un cúmulo de borradores
y detrás del primer semaforo donde paré por primera vez,
justo detrás
está un un trocito de dónde
y un trocito de qué
que llevo tratando de asimilar toda mi vida,
esa vida
que vino después.

un diario del que nunca pasé de la primera página.
un diskete con un cuento de navidad que hablaba de gusanos y mariposas.
la segunda chica a la que besé y me llenó de nada un instante que podría y debía haber sido especial.
horas y horas en la puerta de una sala de máquinas donde un juego llamado pang!! era tu mejor opcion de futuro.

volver a donde, volver a qué,
tú,
que siempre vas,
deberías por eso saberlo muy bien
y yo
que siempre voy
debería admitir
que tampoco lo sé.

domingo, 9 de marzo de 2008

mardiscos

es verdad que carezco de estructuras entre estas letras,
que argumentos pocos, que tengo mis muchas malas costumbres
y mis pocas buenas,
y es verdad que solo sé jugar con destrozos, llenarme de sangre ajena
y pintarme la cara mientras hablo de pánico
y de palabras importantes que agrandan en mi boca un vacío que se aleja totalmente de lo que siento.

aquí estoy, y estas son mis apuestas, jamás creí que llegaría tan lejos,
en la cresta de la ola te das cuenta
de que el mar es un cumulo de agua no demasiado diferente a que todo parece lo mismo,

toda esa gente, tus cosas, el intimo lenguaje del abismo cuando todo tiende a color silencio,
a portal orquidea,
a remite anonimo de ya me conoces pero nunca me ves, joder tía,
voy a dejar de creer en las minifaldas,
voy a empezar a doblar los desprecios, voy a meterme en un sobre
y que otros decidan por mí porque si es por mí que ni lo decidan.

y es que no me cuesta ni un gramo decir que estoy bien así,
que tengo esas horribles pesadillas contigo y estas raíces que no me dejan cambiarme de tierra,
que todo es una puta mierda en muchisimos momentos
y que ni eso quiero cambiarlo.

"de tu viaje al fin del mundo yo no quise saber nada,
de mis noches sin futuro te negaste a conocer" *

mañana siempre me ha quedado lejos, nunca llego más allá del desayuno, de noche todo es
mitad confuso
mitad cristalino al horno,
me aferro a cualquier caricia que me sirva de olvido,
pierdo trozos de memoria que luego encuentro de madrugada y perdido, un martes cualquiera,
en la peor semana de mi vida,
esas cosas que digo siempre de caer y rebota pero esperate,
de principios sabes que no cambio,
los trajes a la medida de otro,
el primer asalto al vacio y muerte,
resumidos los dos en el titulo de un disco adicto a nosotros "no me quieras tanto, quiereme mejor",

y bueno, como ves tiendo a morder casi todo lo que beso,
soy mal perdedor, peor ganador, padezco de crisis agudas de remordimientos
y no sé lo que quiero
pero a veces
sí he sabido que lo había encontrado.





* pablo moro singing it

miércoles, 5 de marzo de 2008

remember

Salvo creer en las perdidas igual que un empresario suicida adicto a cerrar negocios,
un estupido mago que cree todavía en su sombrero de copa
mientras le roban
por encima de la manga
el conejo, la chistera, la cartera y el as de copas.
Excepto este rollo de borracho barato y torcido
lo único que me queda
son los numeros rojos de los sueños que no me robaste por tu cuenta
y que por mi cuenta
todavía no he perdido.

Traquila, procuro dejarte a salvo de todas mis autocomplacencias.
No sabrás lo mal que lo paso,
las cosas que pienso,
las cosas que hago

Tranquila
que seguiré sonriendo implacable en cada cita,
seguiré, qué remedio, respondiendo cada correspondencia.

aunque te siga de cerca los pasos
y te siga recordando
en todas las noches que se parezcan a esta.

martes, 4 de marzo de 2008

silencio, se rueda.

es que me sale así, de mal y cinismo, todo junto en un pack
de un día cualquiera,
de costillas pa dentro todo es sudor,
y no sé seguir el plan establecido
ni establecer planes,
tengo un sabor a delicia de olvido en la boca,
me lleno de grietas,
soy áspero y en cuanto nadie mira escupo rotos de odio
y restos podridos de caricias
que dejan el olor de mis manos en el ambiente.

es que no sé explicartelo de manera fácil
pero ando hasta el cuello de nudos,
no me sale decirte que sí, que estoy bien desde que nadie me lo pregunta,
joder, si todo se redujera a un polvo con hachís al fondo
vivir sería una cosa de animales dóciles,
de almas primitivas
y de quinielas.

esta cerveza y la que vendrá después (porque después siempre viene otra, siempre vuelve) es de lo poco que tengo y no dudo:
tienes que beberte tus propias lágrimas para que ella lo note en el sabor de tu semen.

dejame llegar hasta el limite ese de anunciar mis propios faroles,
de romperme en trocitos
para después
poder recomponerme en lo que yo quiera, que el mundo esta ahí,
en un escenario que a mí me recuerda a teatro y mentira,
sabes que nunca me gustó el sonido de los aplausos con la jodienda de todo
y que tiro a matar y me tiro a muerte
y que no tengo que simular mis guerras, porque las vivo yo solo
y yo solo me vendo, pal que me quiera.

"al menos no nos hagamos los fuertes..." pero qué quieres
si a reir lo aprendí de la tristeza.

estas cosas pasan y se pasan, y al final
siempre es lo de siempre
salvo que no hay final que valga.

la falta de algo que no es ni alcohol ni sangre me deja tan seco el alma
que parece whisky con coca.

tengo un mar de naufragios donde poder ahogarme sin ti,
y no voy a dejar que me salves, ya me conoces.

cada noche la misma pesadilla: lanzo un beso al aire
y se pone a llover.

beberme mis propias lagrimas...
puede ser,
siempre puede ser, claro, y también puede que no,
suelo estar equivocado en muchas cosas, soy así,
y no tengo que ser feliz a tu manera
ni a ninguna otra,

en mis manos: suciedad de tierra,
polvo de nada,
silencio, se rueda.


sábado, 1 de marzo de 2008

más allá

los destellos que dejabas en los retorvisores después de que saliera el sol
y tú todavía con esos pelos
hacían que me preguntara si volvías borracha
o te acababas de levantar.

el camión de la basura que nos empujó a mojarnos del todo
y desde entonces
nos pusimos hasta el cuello de barro
y de deudas
y de ojeras tan grandes que tú las llamabas orillas de pozos.

porque tienes esos ojos
y dan ganas de bañarse en ellos.

las dudas que te surgían al final de cada calle
y cómo torcías el gesto cuando no encontrabas un buen sitio,
el mejor,
para fumarnos un porro.

"forever young" mi vida,
hay personas que siempre morirán jovenes,
la inmortalidad les negó la elegancia a los dioses,
y desde entonces matan
para sentirse humanos.

las ideas formaban líos de seda en tu pelo
y yo me enredaba en tu tela de araña
cerraba los ojos
y me dejaba llevar
a donde no hacían falta palabras.

la tierra de las caricias y los arañazos,

aqui cerca,
a tu lado,
el más allá del más allá.