martes, 16 de octubre de 2007

amagos y tentativas

no creo que sea capaz de hacer ese museo de caricias en miniatura
de cuando tú te enciendes un cigarro
y yo trato de abrazarte antes del humo de la primera calada.

no pasa nada, me dices,
y puede que entonces solo piense
en todo lo que pasa contigo cerca,
cuando los restos de cada gesto que haces
me llegan apenas torcidos por el aire, todavía vivos
e impacientes de gritarle al mundo que nacieron de ti
una mañana
que parecía que iba a ser como cualquier otra.

tendría que llenar todo esto de faltas de ortografía
para así aproximarme al segundo anterior de haberte querido antes,

pero nadie lo entenderia.

será eso y que trato de expresarme lo peor posible
para que no descubras
que me guardo amagos y tentativas
en los bolsillos,
que te miro siempre
y que escribo esas cosas que escribe la gente que se sienta en los parques
con una libreta
y un poquito de tiempo.

digamos que me he enamorado de tus distracciones,
que a todo el mundo le digo que vivo en un paisaje pintando horizontes,
que tu culo
me sigue llevando por el camino de la amargura.

achico entre letras el hecho de ser unico responsable
pero te necesito, muy cerca, cada vez que me acecha una cotidianidad.

luego, cuando te vas,
me quedo palpando partituras al aire
y hasta los sueños se me quedan pequeños,
y en un folio, ya sabes, besarte es distinto
y más suave,
te acaricio con una palabra
y solo tengo que decir: libertad,

para que tú me entiendas.