lunes, 21 de mayo de 2007

lastimagen

dejarse llevar y llevar las llaves de uno mismo bien a mano
para la próxima puerta
o muro
que te toque cruzar.
estar en cualquier momento preparado,
y asumir que en cuanto te quites la máscara todos te señalarán con el dedo
y te dirán "extraño" o "diferente"
o todo eso que dice la gente cuando trata de tapar sus propias infidelidades.

2000 años de mejoras constantes de un vestuario que hace todo lo posible por tapar la desnudez.
una sociedad puesta en pie a partir del rechazo de la individualidad del individuo,
lo distinto es fauna peligrosa y antinatural,
los que se quitan el antifaz unos locos a los que no conviene hacer muchos caso,
y así nos pasamos los ratos bailando un baile que no queremos bailar pero no lo digas muy alto no vaya a ser que se enteren.

y aun así construir edificios,
rascacielos,
que se sostienen sobre las vergüenzas de los pobres diablos y débiles
que necesitan sentirse normales
para no sentirse inferiores.

nos acoplamos a la mediocridad del mediocre
y dejamos todas nuestras armas,
nuestra capacidad de opinión,
la razón incluso
para sentirnos inmersos en algo que,
dicen,
es el unico remedio para la soledad.

deberíamos aprender a vivir solos primero
y después,
cuando cada cual fuese cada cual de verdad
y no un simple invento de integración para una vida más productiva,
no una simple pantomima de ser humano,
después,
cuando por fin consigamos mirarnos a la cara sin taparnos
ni sentir esa vergüenza en frío que te producen los espejos,
después,
cuando hayamos asimilado nuestra condición de moldes imperfectos y mortales,
entonces,
tal vez,
decidir dar otro paso más y sacar las llaves y abrir las puertas de la mente
y olvidar que una vez estuvimos contagiados de prejuicios,
juzgados por ignorancia,
resignados a un futuro que nos moldearon gente incapaz, por sí mismos, de pasar a las huellas en la tierra de la historia.

y miro a todos esos ciudadanos,
me los cruzo en la calle,
hablo,
y ya no siento cabreo por cómo te señalan con el dedo cuando decides ser lo que ellos no se atrevieron: tú mismo.

piensas: cada cual elige camino, ¿de verdad?,

y te da igual
y casi te da más piedad que rabia
porque luego puedes desnudarles mirandoles un ojo solo
y lo que ves es peor que toda la desnudez que ocultan:
a ellos también les molestan sus máscaras
pero tienen miedo de que,
al quitarsela,
sean ellos los que sean señalados por otros dedos.

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